jueves, 18 de marzo de 2004

La vieja y la nueva corrupción

John Saxe-Fernández
La Jornada.
México 18 de marzo de 2004.

En medio de los escándalos en torno a la corrupción videograbada de funcionarios y delegados cercanos al jefe de Gobierno del Distrito Federal y al Partido de la Revolución Democrática, la prensa dio a conocer (La Jornada, 5 de marzo, p. 1) que se había detectado un rasuramiento de la información sobre el Fobaproa y que la cúpula del Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB) había decidido que más de 95 por ciento de las actas de las sesiones de la Junta de Gobierno de ese instituto eran un asunto "de seguridad nacional", por lo que se congelaba su base de datos. Según José Antonio Román y Roberto Garduño (p.19), de las 40 mil fojas que deberían ser sometidas a un análisis financiero público, sólo se proporcionarían 900. Téngase presente que desde diciembre pasado el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) había otorgado el aval para someter a escrutinio las actas y así, por primera vez, dar a conocer al público -y especialmente a los contribuyentes-, sobre quiénes y a favor de qué empresas o grupos se tomaron las decisiones de Fobaproa-IPAB que representan un insolente e insostenible fardo para el erario.

El incidente no es menor. Muestra, de manera dramática, la politización y el doble rasero en que incurre la cúpula de especuladores y político-empresarios que ha hegemonizado el poder en México para tratar un asunto tan delicado como la corrupción. Sanción penal a lo que los especialistas conocen como "la vieja corrupción" y protección y un estatuto de excepción a la "nueva corrupción", usando el escudo de la "seguridad nacional" para encubrir las maniobras de ingeniería financiera del Fobaproa-IPAB, ciertamente el mayor saqueo al que ha sido sometida la nación mexicana desde su fundación. Es algo que debilita gravemente al estado de derecho y envilece y desestabiliza el medio ambiente político.

Además de violar la ley, representa de manera contundente la intención de hacerse de la vista gorda ante el libertinaje y los excesos de los influyentes beneficiarios del Fobaproa-IPAB y de la incautación, a su favor, del patrimonio nacional. Según Oscar Ugarteche, profesor de finanzas internacionales de la Universidad Católica del Perú y asesor principal de la Comisión de Delitos Económicos del Congreso, así como de la Comisión de la Corrupción en la década de los 90, importa distinguir los términos. La "vieja corrupción" está asociada a la pequeña corrupción, a la privatización del servicio público donde se le paga al funcionario para que cumpla con lo que debe como parte de su función regular.

En el caso de los videos-corrupción, cabe aclarar que, como han señalado varios analistas, los buitres no podrían haber actuado sin la presencia de la carroña, algo que ha reconocido López Obrador, precisamente el blanco de lo que a todas luces es una ofensiva en su contra y, notoriamente, el principal político mexicano impugnador del Fobaproa, al declarar su enfático rechazo a la podredumbre dentro de sus filas y su intención, que debe concretar ante una opinión pública que lo exige, de combatir la impunidad. Si bien es cierto que la corrupción es un fenómeno en el que es central la relación entre el Estado, los funcionarios públicos y las empresas privadas, se trata de una concepción limitada ya que centra su atención exclusivamente en la relación entre el sector privado y el Estado, siendo la línea argumental que a más pobre el funcionario público, y más trámites burocráticos necesarios, más corrupción.

Como indica Ugarteche, en este esquema -usado por ejemplo en las investigaciones de Transparencia Internacional-, "la mafia italiana no encaja, las bandas de narcotraficantes internacionales tampoco y la evidencia de que las grandes multinacionales han estado trampeando y falseando sus libros de contabilidad con la ayuda de sus auditores internacionales, tampoco". Revisando la corrupción en los programas de privatización de empresas públicas, y casos como los de Enron y Parmalat, concluye que las corrientes de análisis sobre la corrupción han estado sesgadas.

En México y Perú existe abundante evidencia de que el sector privado puede ser corrupto desde el Estado y que la "vieja corrupción" asociada a los sobornos ha dado pie a la "nueva corrupción" vinculada de manera estrecha a la política de desregulación y de las "reformas estructurales". En las economías "desreguladas" y sometidas a los lineamientos privatizadores y extranjerizantes del FMI-Banco Mundial, estamos ante fenómenos donde "las mayores corrupciones ocurren donde hay más dinero y no donde hay más burocracia ni donde hay más pobreza". El Fobaproa-IPAB se coloca en el epicentro de la "nueva corrupción" producto de una política económica, a decir de Ugarteche, asociada al manejo de información privilegiada en la cúpula del poder político y económico, "al mismo tiempo que ocurren cambios legales por las reformas económicas en curso". Son "actos criminales cometidos en red y que las liberalizaciones permiten por la eliminación de los controles antes existentes".

jueves, 4 de marzo de 2004

Los hitlerianos contra Cuba

John Saxe-Fernández
La Jornada.
México 4 de marzo de 2004.

Durante la clausura del sexto Encuentro de Economistas Latinoamericanos que se acaba de celebrar en la Habana, Fidel Castro presentó un impresionante recuento de los informes de las agencias noticiosas que daban fe de las discusiones del equipo de "seguridad nacional" de Bush, sobre varios esquemas que impulsa la Casa Blanca como parte central de su campaña contra la Revolución Cubana: unos en torno a los medios idóneos para asesinarlo o "acelerar el deterioro de su condición física", y otros, sobre los operativos sicológicos, económicos y militares adecuados para gestar un regime change. Castro describió estas maquinaciones ante mil 400 atónitos profesionales provenientes de 43 países, incluyendo a dos premios Nobel en economía y representantes de 14 organismos internacionales, entre los que se encontraban varios del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

El recrudecimiento de la campaña contra Cuba tiene fuertes tintes electorales, lo que podría sugerir su naturaleza coyuntural y efímera. Algunos plantean que el empantanamiento de Bush en Irak, haría poco factible una aventura contra Cuba, pero la intensidad de los operativos que despliegan la CIA y el Pentágono en Guantánamo y ahora en Haití indica que tal propuesta es apresurada primero, porque desestima el orden de magnitud de lo que ocurre: estamos frente a un equipo "delincuencial" que no ha dudado en usar el terror de Estado en el orbe, ni en relanzar el programa de asesinatos políticos en el exterior, ni ha vacilado en violar abiertamente el derecho internacional, ni en engañar a la opinión pública y al Congreso de su país ejecutando operaciones encubiertas para justificar una genocida "guerra de autodefensa anticipatoria" contra Irak, con el falso argumento de las armas de destrucción masiva. Como a la camarilla hitleriana que asoló al mundo hace más de medio siglo, a los que operan desde la Oficina Oval no les ha temblado la mano para realizar operativos que ya han costado más de 10 mil víctimas civiles inocentes y cerca de 4 mil soldados iraquíes muertos, más de quinientas bajas estadunidenses y miles de heridos de ambos lados.

Gente de antecedentes penal-constitucionales tan cuestionables como Roger Noriega y Otto Reich, este último el principal responsable de América Latina en el Departamento de Estado, desde hace meses han venido reiterando la infundada acusación de que Cuba está tratando de dotarse de armas biológicas. Ante la Fundación Heritage, Reich afirmaba que la isla "tiene al menos un programa limitado de investigación y desarrollo de armas biológicas ofensivas y nosotros basamos esto en informaciones que poseemos... por lo cual representa una amenaza para la seguridad nacional estadunidense". Luego agregó, sin rubor, que "Cuba es un país que patrocina el terror".

Reich ha sido incapaz de ofrecer las evidencias al respecto exigidas por el Subcomité de Asuntos del Hemisferio Occidental del Senado cuyo presidente, el senador Christopher Dodd, advirtió al gobierno de Bush "evitar la tentación de jugar a la política con argumentos que no están justificados, sobre todo porque no se presentan las pruebas". Pero Reich, inspirado en las mismas fuentes y ardides del aparato de inteligencia que llevaron a Tony Blair a afirmar que Irak podía desplegar armas de destrucción masiva "en 45 minutos", afirma, con la misma cara dura del pelele inglés, que Cuba posee un programa de desarrollo de armas biológicas que "es muy fácil de transformar, y en una hora se pueden desarrollar agentes químicos y biológicos para buenos propósitos (fabricación de medicamentos por ejemplo), y que también rápidamente pueden convertirse en armas".

En los últimos meses Bush ha intensificado el asedio mediático, las operaciones de guerra sicológica -a las que se han plegado "intelectuales" y escritores de oportunidad-, mientras recrudece el acoso económico a todo nivel aplicando medidas tan extravagantes y absurdas como prohibiciones para que las revistas científicas de Estados Unidos eviten publicar artículos de investigadores de Cuba. Las repercusiones de este tipo de agresiones generan el rechazo por doquier ya que los afectados se multiplican. Arturo Barba ha demostrado cómo ello nos afecta en México. Por ejemplo, la revista Journal of Agricultural and Food Chemistry impidió la difusión de un estudio dirigido por Feliciano Sánchez, del IPN, porque es parte de un programa de investigación que cuenta con colaboraciones cubanas.

Como en la Alemania nazi, la camarilla beneficiada por el 11-09 atenta contra las libertades de investigación y el espíritu universal de la información científica. En la UNAM, más de 20 especialistas desarrollan investigaciones que cuentan con colaboradores internacionales, incluyendo expertos cubanos en varios campos de la ciencia. Para René Drucker, coordinador de la investigación científica de la UNAM, "se trata de una medida absurda de corte fascista; están enloquecidos los gringos". Es una observación de hondas raíces históricas.

Paul Sweezy, in memoriam