jueves, 23 de diciembre de 2004

La agenda de Fox

John Saxe-Fernández
La Jornada.
México 23 de diciembre de 2004.

En materia de petróleo, gas y electricidad, la de Fox no es la agenda de la nación: como sus antecesores "neoliberales", responde a intereses extranjeros y a los de una cúpula de "hombres de negocios" local, intermediaria en los lucrativos negocios de la "subasta" de México. Es una "agenda" que profundiza los dispositivos puestos en marcha desde los años 80, encaminados a la desarticulación administrativa y financiera para inducir la privatización y extranjerización del complejo petro-eléctrico del país. Por ejemplo, el desfinanciamiento crónico de Pemex-CFE por la vía de un focalizado ataque fiscal, que promueve su creciente endeudamiento. Hoy, gracias al esfuerzo acumulado del 20 años, Pemex, con una integración vertical debilitada por diseño del Banco Mundial (BM), es la empresa petrolera más endeudada del mundo (32 mil millones de dólares).

Los proyectos de impacto diferido en el registro del gasto, o Pidiregas, han sido usados para impulsar la privatización del sector. Este año una gran proporción del presupuesto de Pemex se dedica al pago de los Pidiregas: 3 mil millones de un total de 10 mil millones de dólares. Datos de Pemex Exploración y Producción indican que de 2001 a 2004 se dedicó 75 por ciento de la inversión al pago de la deuda. Las urgentes necesidades de Estados Unidos en torno a su exorbitante consumo de combustibles fósiles y su estrategia orientada a diversificar las fuentes de suministro forman el núcleo de la agenda de Fox. Además, el impulso de Bush (y Fox) a la privatización de Pemex se centra en aumentar la extracción de gas y petróleo a como dé lugar, por la vía de usar los recursos públicos mexicanos para subvencionar los negocios de firmas "nacionales y/o extranjeras" que operan en Pemex, al margen de la Constitución. Es el caso de Cantarell, el principal campo petrolero del país localizado en la bahía de Campeche, cuyo orden de magnitud original se estimó en 35 mil millones de barriles en 1979. Sometido a una sobrexplotación, su producción empezó a declinar en 1996 por lo que al año siguiente, con el "respaldo" del BM, del Departamento de Energía (DdE) de EU y del entusiasmo entreguista de Zedillo, se diseñó un contrato de 15 años en favor de un consorcio integrado por BOC Gases, Marubeni Corporation, Setcoast Energy, ICA Fluor Daniel y Linde para inyectar nitrógeno e incrementar la producción, que en 2002 llegó a 1.88 millones de barriles diarios, el doble de lo producido en 1995.

La agenda de Fox, que es la del BM, incluye, de manera prominente, los contratos de servicios múltiples (CSM) especial aunque no exclusivamente en torno a la explotación del gas no asociado de la cuenca de Burgos que fue dividida -y está siendo subastada-, en siete "bloques". Repsol-YPF se encarga del bloque Reynosa-Monterrey; a Teikoku Oil de Japón y Grupo Diavaz de México se les asignaron Cuervito y Fronterizo. Tecpetrol domiciliada en Argentina, junto a Industrial Perforadora de Campeche ganaron el contrato para el Misión. Diligente que es en "la compra-venta de México", Fox inauguró 2004, otorgándole al grupo Lewis Energy de Texas, el CSM para Olmos el 9 de febrero.

En medio del aplauso de la Casa Blanca y de la censura del Senado mexicano, su racha entreguista continuó impertérrita. El 10 de noviembre le asignó el CSM de Pandura-Anáhuac a Industrial Perforadora de Campeche y Compañía de Desarrollo de Servicios Petroleros. Para 2005 la agenda incluye la entrega de Pirineo y Monclova. No se trata de una "necedad" de Fox, sino de oportunidades empresariales y de "necesidades" geoestratégicas de EU derivadas de su inecesario despilfarro de combustibles fósiles. Fox impulsa la "reforma estructural" del BM encaminada a "ajustar" la Carta Magna a las inconstitucionales operaciones en curso. Este ex gerente de la Coca-Cola que ocupa Los Pinos, asume que el petróleo ya no es estratégico "como en los años 30" y que el complejo petro-eléctrico debe ser manejado por el "mercado" que ya se encarga de los grandes negocios del gas (regasificación, distribución etc) a lo largo y ancho del país, especialmente en la frontera norte: En Altamira están Royal Dutch, Shell, Total y Mitsui, con la participación de Unión Fenosa de España; en la Costa Azul, Sempra Energy y Royal Dutch Shell; en la península de Baja California, cerca de las Islas Coronado, Chevron-Texaco; en Lázaro Cárdenas, Repsol-YPF; en Tijuana, Marathon -con Golar LNG Limited y Grupo GGs; en Sonora DKRW Energy.

El Mexico country analysis brief, del DdE (noviembre de 2004), apoya la gestión de Fox ya que "sus" iniciativas, como los CSM (que son las de la Casa Blanca y su BM) "...aparecen como un paso positivo hacia la apertura gradual de la producción de gas natural de México en favor de las compañías privadas extranjeras". Bush, Cheney, Halliburton, Brown Root and Kellog, Bechtel y las petroleras, gaseras y empresas eléctricas asociadas, están de plácemes con la agenda de Fox, pero impulsan la "reforma estructural" del BM: lo quieren todo.

jueves, 9 de diciembre de 2004

El dólar y la paz fría

John Saxe-Fernández
La Jornada.
México 9 de diciembre de 2004.

La vinculación entre la guerra de Irak, el desplome del dólar y la intensificación de las fricciones trasatlánticas es central en la actual dinámica de poder. Pasamos de la guerra fría a una etapa caracterizada por una paz fría en las relaciones intercapitalistas en general y en las de EU con Europa en particular.

El término paz fría fue acuñado por Jeffrey Garten, banquero, ex asesor de presidentes y decano de la Escuela de Negocios de Yale, para referirse al fenómeno de "las contradicciones interimperialistas". Por ello resulta llamativo que, en medio discurso de la "globalización" de la década de 1990, que consumía toneladas de tinta, miles de horas-radio y televisión y saturaba a una academia proclive a adoptar las modas de turno, Garten, del mero establishment capitalista, planteara la conflictividad intercapitalista como eje para comprender la situación internacional. Quizá por estar inmerso en "la terca realidad" no consideró serias o útiles las proclamas fáciles, deterministas y eufóricas del "globalismo pop".

La paz fría entre EU, Europa y Japón, acicateada por el mismo colapso de la URSS, el "enemigo común" que fungía como el cemento de la alianza y facilitaba el "manejo" estadunidense de la Entente intercapitalista, en ningún momento desatiende el hecho de que la tajada mayor de las exportaciones e importaciones, de la inversión extranjera directa y de los flujos financieros se realizan precisamente entre esos tres polos económicos. Pero tampoco descuida sus desavenencias y enfrentamientos en áreas como la aeroespacial, de semiconductores, biotecnología, subsidios a la agricultura y muchos más. Con la guerra en Irak, ese "enfriamiento" se amplió a lo geopolítico afectando a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Al aumento del gasto militar en Irak se agrega el desplome del dólar, emparentado con la profundización del déficit fiscal, así como un agravamiento del déficit de cuenta corriente, es decir, de la balanza comercial y de las transacciones financieras en ultramar.

Los problemas fiscales se derivan de un diseño presupuestal irresponsable y clasista con crecientes costos militares, pero la cuestión central es la falta de credibilidad del gobierno de Bush. Fue bochornoso el espectáculo ofrecido por quienes hicieron del engaño, la manipulación y la falsificación de datos y sucesos un asunto cotidiano. De aquí el gran escepticismo de la opinión pública mundial y los inversionistas en torno a la retórica en favor de un dólar fuerte proveniente del gabinete económico de Bush. Según Garten, la Casa Blanca se está comportando en el área de política económica internacional de manera similar a como lo ha hecho en la esfera política y militar: "se pronunciará de manera confiada si no es que arrogante, y no cejará de presionar fuertemente su ideología a lo largo y ancho del orbe. Invitará a otros países a participar en sus planes, pero a fin de cuentas hará lo que le dé la gana con o sin ellos. Su política en torno al dólar es un reflejo de su política en Irak" (Newsweek, 20/11/04, p. 31).

Garten muestra con datos por qué el problema para los inversionistas no se limita sólo a las "intenciones" reales de Bush, sino también a su capacidad para enfrentar los graves aprietos económicos gestados durante sus primeros cuatro años. EU pasó de un superávit acumulado de 5 billones de dólares a un déficit de más de 2 billones, es decir, un cambio de 7 billones (trillions en inglés).

Los pronunciamientos en torno a un dólar fuerte están acompañados de iniciativas presupuestales que, al acentuar el déficit, propician la caída en picada de la moneda. Garten muestra que el déficit fiscal no preocupa mayormente a Bush, quien promueve, entre otras medidas: a) dar carácter permanente a los recortes impositivos hechos a favor de los sectores de mayores ingresos, lo que significa agregar cerca de 2 billones al déficit de 10 años; b) aumentar el gasto militar y de seguridad interna, y c) privatizar la seguridad social, agregando entre uno y 2 billones al déficit. Por lo que aumenta la cautela de inversionistas y bancos centrales, de quienes EU depende grandemente para salir del atolladero y enfrentar sus necesidades de financiamiento estimadas en 2 mil millones de dólares diarios, el equivalente al ahorro total generado por las exportaciones de todos los países de Asia y Europa.

La idea parece centrarse en "internacionalizar" los costos del desastre en Irak y del despilfarro fiscal, por medio de la devaluación monetaria, pasando la factura al mundo. Hace poco, el secretario del Tesoro dijo, en referencia a otro rubro y con toda la cara dura del caso, que "el déficit de cuenta corriente de EU es una responsabilidad compartida".

Naturalmente en Europa y Asia aumenta el rechazo a cargar con los costes de este esquema mientras se acrecientan las tensiones entre las respectivas áreas monetarias. El problema se le agrava a EU, porque se modificó la estructura de poder del sistema monetario internacional y el dólar ya no es la única moneda global.