jueves, 26 de abril de 2007

Agenda secreta: anexión y ocupación


John Saxe Fernández
La Jornada.
México 26 de abril de 2007.

Cuando se dio a conocer la información y luego la advertencia de Jaime Avilés sobre la intención de la diputación del PAN de derogar la Ley para Conservar la Neutralidad del País, promulgada por el presidente Lázaro Cárdenas el 10 de noviembre de 1939 (La Jornada, 21/4/04), recién concluía el coloquio Estado de excepción: EU, México, Canadá, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM. Ahí Michel Chossudovsky, de la Universidad de Ottawa, ofreció detalles de los esquemas de seguridad de la llamada "integración profunda de la América del Norte", que parece estar en la base de la iniciativa de los neopolkos del PAN. Es un diseño impulsado por el Foreign Relations Council (alto cabildo empresarial-bancario) y el aparato de seguridad de EU, discutido del 12 al 14 de septiembre de 2006 en una junta secreta realizada en Banff, Alberta, con el concurso de gestores empresariales, funcionarios civiles y militares y académicos de los tres países.

A pesar del sigilo, se filtraron documentos que permitieron a la prensa ofrecer algunos detalles (www.globalresearch.ca), entre ellos una lista de los asistentes y una síntesis de los "Asuntos de seguridad", en que se sintetiza "el mapa de ruta post westfaliano" que Washington ha trazado para México y Canadá por medio de la Alianza para la Prosperidad y Seguridad de la América del Norte (ASPAN), un dispositivo puesto en marcha por Bush sin aprobación legislativa y refrendado por Paul Martin, entonces primer ministro de Canadá, y Vicente Fox, en Waco, Texas, en marzo de 2005.

Como su derechista contraparte mexicana, el gobierno canadiense de Stephen Harper es adicto a Bush. Su agenda policial-militar-judicial-penal se encamina no sólo a la adopción de medidas similares a las del "Estado de excepción" de EU (Ley Patriota, de Comisiones Militares, Ley Marcial, etcétera), sino también a profundizar, en su país, la proyección de poder militar estadunidense (aéreo, marítimo y terrestre), incluyendo a las fuerzas especiales, por medio de mecanismos como el Comando Norte, establecido en 2002, y el comando aéreo (NORAD), en existencia desde la guerra fría con programas de "asistencia militar" y ejercicios conjuntos. Es un desborde castrense de Estados Unidos, que deroga, mediante la "desnacionalización" de los instrumentos para el ejercicio de la violencia legítima, la jurisdicción de los estados-nación mexicano y canadiense. Se realiza, paso a paso, bajo el concepto -y proceso- "post wesfaliano", de una "integración profunda", un eufemismo de ocupación y/o anexión que aniquila la noción de igualdad jurídica de los estados, a favor de Estados Unidos.

Bajo el pretexto de que la "guerra antiterrorista" también incluye la confrontación con entes "no-estatales", en Banff se planteó que "las amenazas que enfrentan la región estadunidense y la comunidad internacional son trasnacionales y no necesariamente calzan en el modelo clásico wesfaliano de confrontación Estado-Estado". Como a lo largo de 359 años han sido frecuentes las amenazas "no convencionales" (guerras de guerrillas, de liberación nacional, o la misma guerra de Vietnam) llama la atención esta mención, en código, del fundamentalismo "neoconservador" de EU, hostil al derecho internacional y que evoca la normatividad, elaborada desde la Paz de Wesfalia (1648), hasta nuestros días, base de la concepción de derecho internacional de igualdad jurídica entre estados soberanos. Algo de importancia mayor porque ése es el marco constitucional de la política exterior y de la Ley de Neutralidad de 1939, vital hoy para la integridad territorial de México, justo cuando EU está en estado formal de "beligerancia". Con la abrogación de esa ley se induciría la participación de México, como peón de EU, en la guerra antiterrorista que emanó del 11-9 y nos coloca como blanco de ataque. La riesgosa "derogación" se hace en el contexto inconstitucional de la ASPAN. El sesgo desleal y neopolkista es inocultable. También la intención imperialista: para Estados Unidos, en "las Américas", la "jurisdicción" de la doctrina Monroe está por encima del derecho internacional. De aquí que sea la ASPAN, un instrumento de "excepción" estatal-empresarial -por estar al margen del derecho constitucional de los tres países-, la plataforma para plantear las amenazas estatales y no estatales, por la vía de una "profunda cooperación" de las fuerzas de proyección de poder militar, que William Perry llamó "el tercer vínculo", entre los firmantes del TLCAN, ampliando el "perímetro de seguridad" de Estados Unidos, de Alaska al Suchiate.

Si las asimetrías económicas entre Estados Unidos y sus dos vecinos son profundas, en la esfera militar lo son de varios órdenes de magnitud. Ni una inconcebible amnesia histórica (¿remember 1848?) podría ocultar a Calderón y sus neopolkos los riesgos territoriales de esta iniciativa traidora a la soberanía y seguridad nacional: anular la Ley de Neutralidad facilita la proliferación de bases militares, la ocupación imperial del espacio marítimo, terrestre y aéreo de México, y el uso de nuestra población como carne de cañón en aventuras intervencionistas.

jueves, 12 de abril de 2007

BM-UNAM: dos para el tango


John Saxe-Fernández
La Jornada.
México, 12 de abril de 2007.

"Son inaceptables los niveles de pobreza en México", afirmó desde la Facultad de Economía (FE) de la UNAM Daniel Boyce, del Banco Mundial (BM) (La Jornada, 31/3/07, p. 22). La admonición refleja un Alzheimer institucional que olvida los traumas gestados por los programas de ajuste estructural y de "modernización económica" del BM en invariable beneficio de intereses oligárquico-imperiales, que están en la base del crecimiento inusitado de la pobreza entre campesinos, obreros y clases medias.

Bajo la presidencia de Paul Wolfowitz, uno de los responsables de la masacre en Irak, colocado ahí por Bush, el BM y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) siguen operando como instrumentos de poder de facto de la Casa Blanca. Para ello se usan empréstitos altamente condicionados que detonan las privatizaciones, fomentan clientelas dentro y fuera del gobierno, y de hecho estimulan la gran corrupción. Joseph Stiglitz, ex jefe de economistas del BM, los califica como crudos medios de "sobornización". Tal es el caso de la privatización agraria salinista, que, como reconocen funcionarios de Estados Unidos, tuvo -y tiene- "efectos catastróficos" sobre la economía familiar de millones de campesinos e indígenas, y gestó la peor crisis desde la Revolución de 1910, que empeorará en 2008, con la apertura total a las importaciones de granos, maíz, frijol, considerada en el TLCAN.

Ni los funcionarios de la FE que le ofrecen a Boyce el foro para dirigirse a la opinión pública (desde la Feria del Desarrollo 2007, Jóvenes por un México sin pobreza, que recibió un donativo de 100 mil dólares del BM y de otros entes como Coca-Cola, para premiar "estudios sobre el combate a la pobreza") y mucho menos los estudiantes deben olvidar que el BM fomenta mecanismos para "llevar a un punto de venta" los principales activos de la nación; traspasar empresas domésticas o extranjeras recursos esenciales, la biodiversidad y el agua entre ellos; inducir la desindustrialización y hegemonizar el mismo sistema de educación y de investigación y desarrollo.

Llama la atención el espaldarazo de la FE, sobre todo cuando el BM auspicia la "mercantilización" de la educación superior, a la que concibe como "como un bien privado y no público". Su agenda para la docencia y la investigación universitarias se centra en la privatización, la desregulación y la "orientación por el mercado", es decir, en su "alineación de clase" con intereses empresariales, tipo Coca-Cola o Bimbo.

Como el diseño y designio para la UNAM es un despojo en ciernes que incluyó en el pasado cercano el incremento de las colegiaturas y trató de inducir desmembramientos y privatizaciones de funciones varias -espectáculos, servicios médicos, etcétera-, el estudiantado estalló una larga huelga. Ahora, el BM, sabedor de que "para bailar el tango se necesitan dos", trata de incidir en la política universitaria, por ejemplo en la sucesión rectoral, para superar tal resistencia desde "dentro", tejiendo clientelas, o como diría Stiglitz, "sobornizando" a quien se deje.

En la fabricación de influencia dentro de la UNAM el BM es auxiliado por el FMI a través de Hacienda, por medio de recortes a los presupuestos universitarios. Hacienda también "negocia" los préstamos con el BM o el BID -edificios, laboratorios, etcétera- ("contagiando" con la condicionalidad de esos organismos porciones importantes del presupuesto universitario) de ahí que Carstens sea un peón clave para "inducir" reformas (un eufemismo porque enfrentamos una gran regresión). Para ello, además, se finiquita la "presupuestación negociada" en la que el gobierno financia a las universidades públicas sobre la bse de criterios como la matrícula y la excelencia en investigación, docencia y extensión universitaria, y se privilegia la "presupuestación por rendimiento" en la que, dice el BM, "cualquier financiamiento público que permanezca debe estar atado a la obtención de resultados comprobables basados en indicadores de resultados determinados por el consumidor". De esta manera "los administradores de las instituciones serán obligados a tomar las decisiones que hasta ahora han estado evadiendo", como "reasignar los recursos en respuesta a las necesidades de los clientes y los consumidores".
Esta es una ofensiva contra la universidad como concepto surgido en Europa y en el mundo, vértice de humanismo e indagación desinteresada, centrada en la libertad de cátedra y de investigación con una tradición de siglos. Es una embestida documentada y sintetizada en el poder de evaluación que le concede el BM a "las fuerzas del mercado". Así, dicen sus tecnócratas que ahora nos pontifican ya sea sobre pobreza desde la FE, o sobre "transparencia" desde el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, "las instituciones serán obligadas a construir la diferenciación, terminando con la repetición isomórfica de la tradicional universidad clásica basada en la investigación".

Es un "tango" que hace trizas la "autonomía", le arrebata el futuro y el alma a nuestra juventud e hipoteca el futuro nacional.