domingo, 23 de mayo de 2010

La cloaca
John Saxe-Fernández La Jornada, Jueves 23 de mayo de 2010.
E

n boga por la ruina de la antigua URSS y el crack de 2008, el término colapsos está de regreso, ahora en la fusión de sucesos jurídico-morales yecológico-económicos: mientras se informaba sobre el derrame en el Golfo de México por el estallido de una plataforma de British Petroleum (BP), operada con Halliburton y Transocean, en el que se avistan, dice Robert Kennedy Jr., corruptelas de sexo, soborno y mentiras bajo auspicio de celestinas de la industria del gas y del petróleo y del mundo de las finanzas, el público se enteró de atroces y profusas ejecuciones en las guerras de Estados Unidos por el control de Oriente Medio, sede de 60 por ciento de la reserva de petróleo convencional.

El desplome jurídico-moral se dio cuando Seymour Hersh, el Pulitzer que destapó crímenes del régimen de Bush/Cheney como las torturas en Abu Graib y la existencia de un avanzado plan de guerra contra Irán, reveló que el Ejército estadunidense realiza ejecuciones en el campo de batalla, en violación de códigos, leyes y las convenciones de Ginebra: “Se los digo desde ahora –dijo en Suiza–: una de las mayores tragedias de mi país es que el señor Obama mira al otro lado, porque de igual manera horribles cosas ocurren a los prisioneros, aquellos que capturamos en Afganistán”… están siendo ejecutados en el campo de batalla. Es algo increíble lo que ocurre ahí y no se informa al respecto.

Ese sonoro silencio es porque los encargados de la política exterior y militar de Estados Unidos son responsables de crímenes de guerra imprescriptibles. La continuidad con Obama de las guerras de Bush en Irak y Afganistán está vinculada al empuje económico y político-electoral de las grandes corporaciones en la lista de Fortune, incluidas las firmas petroleras y decenas de los principales contratistas industriales y de seguridaddel Departamento de Defensa (DdD), involucrados todos con bancos y firmas de inversión, en maniobras especulativas de alto riesgo.

El accidente de BP desató el metano del Golfo de México y el hedor de la cloaca que engendra colapsos ecológicos y cataclismos económico-militares. Según un informe del DdD, “…en 2012 la capacidad ociosa podría desaparecer totalmente y en fecha tan cercana como 2015, el déficit petrolero podría llegar a los 10 millones de barriles diarios”. “Mientras es difícil predecir con certeza los efectos económicos, políticos y estratégicos de ese déficit, es seguro que reducirá el crecimiento en el mundo desarrollado y en vías de desarrollo: un freno económico que exacerbaría tensiones no resueltas e impulsaría más rápido a estados frágiles o fallidos hacia el colapso… con fuertes y serios impactos económicos en China e India”.

Para Estados Unidos, el mayor consumidor de crudo, los efectos serían devastadores, algo que no preocupa a la codiciosa oligarquía petro-financiera,entusiasmada con las grandes oportunidades que le ofrece el escenario de escasez para especular con derivados, esos complejos y opacos productos usados para apostar en las fluctuaciones de los mercados financieros: las grandes firmas de Wall Street se coligan con las del gas y del petróleo para derrocar o modular toda regulación seria del capital financiero. Según Nick Nyhart, del Huffington Post, BP y las grandes petroleras de Estados Unidos integrantes del American Petroleum Institute, su gran lobby, han invertido 938 millones de dólares en ese cabildeo: “después de años de oponerse a regulaciones en la industria petrolera, que podrían haber evitado el desastre en la costa del Golfo, ahora BP lucha contra regulaciones de la industria financiera, que podrían haber prevenido el colapsoeconómico, (cuyos efectos) todavía estamos sufriendo”.

BP, junto a ExxonMobil, Shell, Chevron, ConocoPhillips y Total se unen a Goldman Sachs, JP Morgan, Citigroupet al, en la Coalition for Derivatives End-Users, para mantener en tinieblas al mercado de derivados y lograr regulaciones aceptables, mientras, junto al peak oil, empujan al alza los precios del crudo y la guerra general.

viernes, 7 de mayo de 2010

De burbujas y guerra
John Saxe-Fernández
La Jornada, Jueves 6 de mayo de 2010.
U

n vocero del FMI dijo recientemente que la crisis financiera que estalló a finales de 2008 y provocó la mayor contracción de la economía mundial en ocho décadas no ha sido superada. Agregó que los riesgos se mantienen elevados, la estabilidad financiera mundial no está asegurada y la recuperación todavía es frágil. La advertencia rompe con la usual opacidad que caracteriza al FMI, cómplice, como pocos, en la génesis de la debacle que, desde el centro del capitalismo, contagia al mundo.

El capital financiero siempre acompañó el proceso de centralización y concentración del capital observado a lo largo del siglo XIX. Su presencia se intensifica más después de la Segunda Guerra Mundial con la crisis de acumulación de mediados de los años sesenta y luego con el desenfreno clasista y desregulador de la era Reagan. Su hipertrofia es notable.

Los activos (aggregate assets) de los principales bancos de inversión de EU: Goldman Sachs, Morgan Stanley, JP Morgan Chase, Citigroup, Bank of America y Wells Fargo, llegaban a 20 por ciento del PNB en la década de 1990. Descontando la inflación ahora esos assets de la oligarquía financiera ascienden a 65 por ciento de un PNB de 14.5 billones (trillions) de dólares, según Simon Johnson, ex principal economista del FMI, y James Kwak, ex-consultor de McKinsley & Co. (Bill Moyers Journal,citado en Jerry Mazzagymaz@verizon.net).

Desde este astronómico pedestal la oligarquía influye, presiona y coopta a los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial con huestes de cabilderos, cuyos generosos bolsillos hacen girar a su antojo, con especial brío en tiempos electorales, tanto las voluntades como los votos de senadores y diputados.

Es notable el poder que le acompaña para vetar o modular los intentos por regular operaciones altamente riesgosas. Por ello hoy Estados Unidos es el casino del mundo que, como lo ilustra A. Gavin Marshall (globalresearch.ca), infla burbujas por doquier, sea la hipotecaria o la burbuja europea, petrolera, de acaparamiento de tierras en nuestros países, o la gran burbuja en torno el megarrescate o TARP: según Bloomberg, desde octubre de 2008 el sector financiero extrajo de las arcas públicas 13 billones de dólares en rescates.

Es una cifra cercana al PNB de 14.2 billones en 2008, mientras, como nota Mar-shall, se soslaya que la actual crisis financiera, centrada en la deuda pública, es también una crisis fiscal que alientauna burbuja en torno al megarrescate,un amenazante fenómeno advertido porGerald Celente, jefe del Trends Research Institute:

“La mayor burbuja financiera en la historia está inflándose a plena luz del día... cuando estalle será la madre de todas las burbujas... y marcará el fin del ciclo de expansión-contracción que caracteriza la actividad económica en el mundo desarrollado.” Celente indica que los estallidos recientes se quedan cortos: “…cuando la burbuja del TARP estalle, arrollará al sistema”.

Es mejor atender lo que dice: anticipó con rigor el crack accionario de 1987; el derrumbe de la URSS; la crisis asiática de 1997; el colapso económico de Rusia en 1998; el estallamiento de la burbuja dot.com; la recesión de 2001; el inicio de la recesión en 2007 y el desplome inmobiliario de 2008. Ahora avisa que esta burbuja también estallará y cuando esto ocurra “… ni el presidente o la Reserva Federal tendrán a disposición los instrumentos fiscales o las políticas monetarias disponibles para inflar otra burbuja”. Celente también avisó entonces que, “…aunque no podemos puntualizar de manera precisa cuándo estallará la burbuja del megarrescate, tenemos la certidumbre de que lo hará. Y cuando esto ocurra, que se entienda bien, puede ocurrir una guerra de orden mayor”.

Eso lo dijo cuando el TARP era de 12.8 billones. Neil Brofsky, el inspector general del rescate, dijo a mediados de 2009 que las maniobras bancarias para reiniciar préstamos expuso a las agencias federales a riesgos por 23.7 billones. La burbuja se infla de prisa.