jueves, 26 de agosto de 2010

Contextos binacionales
John Saxe-Fernández, La Jornada, Jueves 26 de Agosto de 2010.
Los impactos socio-políticos y de seguridad, acumulados por las políticas económicas en vigor desde los años 70 para amainar los efectos de la crisis capitalista (una guerra de clase encabezada por Reagan/Thatcher y sus sucesores, para frenar la caída de la tasa de ganancias) se hacen sentir en México y Estados Unidos con fuerza en la primera década del siglo XXI, por la guerrade Calderón al narco y el manejo de Bush-Obama de la gran crisis financiera que estalló en 2008, resultando en mayor concentración de privilegios y riqueza a favor de ambas clases gobernantes; de los sectores bancario, financiero, agregándose, en Estados Unidos, un magno subsidio a la industria bélico-industrial y a entes públicos y privados de seguridad.

La conflictividad social se acentuó: sólo por la guerra al narco se registran 28 mil bajas, sin perspectivas de cambio con el Prian y tampoco en la persistencia de la explotación de campesinos, trabajadores y sectores medios en México, mientras en Estados Unidos se desploma el aparato productivo, el empleo y las condiciones de vida de una población que sufre un prolongado colapso y despojo económico.

Aquí la ofensiva de clase la desplegó la Casa Blanca, con aval de Los Pinos y de una depredadora oligarquía, utilizando al Departamento del Tesoro y sus unidades subrogadas (FMI, Banco Mundial –BM– y BID). Esto se realiza con préstamos cuyas condiciones son a favor de la inversión externa, desmantelando procesos de transformación, a veces incipientes y otros avanzados, como en la petroquímica, traspasando actividades sustantivas de Pemex a contratistas extranjeros, registrándose un desplome en la producción de crudo por el sometimiento a la política de máxima extracción impuesta por Estados Unidos: un acatamiento derivado del papel de sobornización de las jugosas comisiones por el manejo de los préstamos del BM, cuya condicionalidad sigue definiendo, a pesar de las consecuencias, el accionar de las secretarías del ramo que así han desmontado agricultura, la industria de bienes de capital, los astilleros del país y un largo etcétera, agrediendo a sindicatos y contratos colectivos, precarizando al trabajo y preparando los fundamentos, bajo la modernización gerencial, del desmembramiento y subasta de Ferrocarriles Nacionales de México, con mira a lo mismo en Pemex, CFE y LFC, ya liquidada.

Para sostener el esquema anti-popular y anti-nacional se aplicaron préstamos y programas en áreas de administración de justicia y seguridad, los últimos para mutar la función de defensa nacional en policial, con programas que facilitarían la adopción de esquemas de intervención y ocupación del tipo ensayado por Estados Unidos en Colombia: en la base de la Iniciativa Mérida está la binacionalización de la seguridad interna. Se somete la política exterior a Estados Unidos y la guerra de Calderón desgasta las bases logísticas de las Fuerzas Armadas. Y la defensa nacional, ¿la asume el Comando Norte? ¿Transitamos al protectorado de facto? Además de la capitulación económica y jurisdiccional, ¿no se preparan procesos de absorción paulatina separatistas, como con la homologación de la administración de justicia (juicios orales)?

Desde los años 90 aumenta la presión sobre los estados norteño: con el TLCAN se agudiza la integración silenciosa, es decir de vínculos económicos, sociales, culturales e industriales creados a través de los años como parte de la interacción normal de intereses de los estados del sur de Estados Unidos con la economía y la sociedad norteñas de México. Es una fusión sui géneris, explosiva, con muros, militarización fronteriza y racismo anti-mexicano y procesos que tienden a desvincular el norte de México del resto del país en lo económico y en la administración pública, tales como los patrocinados por el BM en 37 municipalidades mexicanas que lindan con Estados Unidos. Se trata de la restructuración de la administración municipal mexicana, siguiendo el patrón de funcionamiento de los condados típicos de Estados Unidos.

jueves, 12 de agosto de 2010

EU: mendacidad de Estado
John Saxe-Fernández, La Jornada, Jueves 12 de Agosto de 2010.
La colisión entre la retórica del gobierno de Estados Unidos para encubrir sus diseños de intervención y ocupación en América Latina (guerra al terrorismo, al crimen organizado o al narco) y los eventos que se observan día a día, es tan incontrovertible y pública que sólo la noción de esquizofrenia permite analizar lo que a todas luces es una criminal mendacidad de Estado.

Con la intensidad de la crisis estructural y hegemónica aumentan las contradicciones entre las proclamas oficiales por fortalecer el estado de derecho frente a la criminalidad y los hechos derivados de la codicia empresarial, del masivo desvío de fondos públicos al complejo bélico-industrial, a los órganos de espionaje y a la oligarquía financiera, mientras se recorta el gasto federal, estatal y de condados, con incontable pérdida de plazas y de partidas para obra pública, salud, servicios sociales, etc.

Esto ocurre junto a una inusitada y costosa militarización, paramilitarización y mercenarización de la política exterior, mientras se agudiza en lo interno el dilema entre cañones y mantequilla, y en lo externo la esquizofrenia imperial, con fuerte inclinación genocida (Irak, Afganistán, etc). Estados Unidos es el mayor exportador de armas –domina el comercio mundial–, por lo que no es difícil percibir el fondo del choque entre la guerra antiterrorista y antinarco y la reticencia del presidente Barack Obama por controlar el monumental flujo de armas de bajo y alto calibre a los cárteles al sur del Bravo.

Ante ese negocio y el fabuloso manejo bancario/financiero de la droga, los 28 mil mexicanos muertos en la guerra antinarco no son relevantes para Estados Unidos. Menos para una Casa Blanca que, al contrario, promueve la flexibilización de normas para agilizar las exportaciones armamentistas, según Obama, con miras a duplicar las ventas en 2015. Así, dice el diputado D. Manzullo (R) de Illinois, podremos salir de esta recesión.

La siniestra mendacidad es palpable en el informe anual de la Oficina para el Contraterrorismo del Departamento de Estado (DE) conocido la semana pasada. Ahí se señala que “la cooperación de Venezuela con Estados Unidos en materia de terrorismo ha sido reducida a un mínimo absoluto, y se censura que Caracas realice sus esquemas de seguridad sin guía de Estados Unidos –como corresponde a una nación soberana–, por lo que no es un socio fiable en el antiterrorismo y, en anacrónico arranque monroista, el DE se queja, como hizo Clinton en persona, de que Caracas, Brasilia y otras naciones del sur ¡mantengan relaciones con Irán! A esta arrogancia se agrega la hipocresía de un Estados Unidos practicante, como pocos, del terrorismo de Estado: en abril pasado se difundió un video suprimido, clasificado como secreto del Departamento de Defensa (DdD), en el que desde sus helicópteros Apache se matan civiles y dos camarógrafos de Reuters en Bagdad. Son asesinatos colaterales que el lector puede presenciar en Wikileaks.

A la hipocresía se agrega la infamia, evidente en la devastadora masa de más de 90 mil archivos top secret de la guerra en Afganistán (la mayor fuga de seguridad en la historia militar), obtenidos y diseminados por Wikileaks, que muestran, entre otros horrores, cómo el DdD, la OTAN, sus aliados británicos y decenas de miles de contratistas y fuerzas especiales han eliminado cientos de civiles en acciones no reportadas. En un programa de asesinatos del gobierno Bush/Cheney se documentan múltiples ejecuciones extrajudiciales del liderato talibán, realizadas por unidades secretas bajo la instrucción de matar o capturar. Toda la documentación, que The Guardian publica en su edición electrónica, muestra cómo las fuerzas de la coalición usan, con mayor frecuencia, aviones no tripulados Reaper para cazar y matar a los talibanes, a control remoto desde una base en Nevada, actividad que según la prensa persiste y se acentúa con Obama/Clinton, con cientos de bajas, en quebranto abierto y cotidiano al Derecho Penal Internacional.