lunes, 30 de diciembre de 2013

Petróleo, guerra, propaganda
John Saxe-Fernández, La Jornada Jueves 26 de Diciembre de 2013.
P
or su enorme despliegue global, la dependencia del aparato militar de EU de los combustibles fósiles para su operación diaria es de tal dimensión estratégica y de seguridad, que sólo pudo soslayar ante la opinión pública la asfixiante e irresponsable embestida político-propagandística contra la nacionalización petrolera y artículos fundamentales de la Constitución protagonizada por una quinta columna, en espera de los despojos del atraco. El Departamento de Defensa de EU (DdD) es el mayor consumidor mundial, público o privado, de petróleo y gas, por lo que cabe aclarar la relación del petróleo, la guerra y la propaganda, del tipo registrado entre la CIA, Amazon y The Washington Post (WP) en torno a Wikileaks y la regresión energética en México.
Los lazos entre la cúpula petrolera, bélico-industrial, militar y el espionaje se desarrollaron en el siglo XX al calor del ascenso hegemónico de EU, en que la guerra entre potencias centrales es pivote al haber sido, hasta ahora, el árbitro último en todas las sucesiones hegemónicas registradas a lo largo de cinco siglos, como lo mostraron F. Braudel y G. Arrighi. Digo hasta ahoraporque el mundo es un polvorín(www.cubadebate.cu) termonuclear, químico y biológico que no ha dejado, en momento alguno desde el fin de la guerra fría, de observar una continua modernización y un riesgoso despliegue balístico y anti-balístico inter-continental de corte terminal.
Como de desatarse procesos bélicos sin control a nivel mundial (con mecha en Medio Oriente por el petróleo), entre los primeros blancos de ataque contemplados estaría la respectiva infraestructura energética de EU y Rusia, principales operadores del arsenal nuclear, preocupa que los promotores del atraco a la nación, obnubilados por el negociazo, dejaran a un lado la dimensión estratégico-militar que acarrea la fusión del sector petroeléctrico mexicano a EU: llevaron a sus últimas consecuencias el largo proceso bajo impulso imperial (FMI-BM-BID) que desemboca en la abdicación del manejo directo de la exploración, explotación y conducción de energía y materia prima de enorme peso económico y militar, a unos EU que siguen el ominoso precepto kissingeriano de que el acceso al petróleo es causa de guerra.
Mutilados los artículos 25, 27 y 28, los vastos complejos económico-territoriales involucrados en la operación diaria de Pemex y la CFE pasan a firmas que operan desde la jurisdicción de EU, al cuidado de unas fuerzas de seguridad mexicanas sometidas a lineamientos defusión bilateral de la Iniciativa Mérida y del Comando Norte del DdD de una potencia expansionista y belicista, involucrada en dos guerras mundiales y en el rosario de conflagraciones que siguió, de Corea a las guerras por los recursos contra Irak, Afganistán, Libia y la diplomacia de fuerza en Irán y Venezuela, nación hermana sede de la mayor reserva mundial de petróleo, amén de ataques que violan toda ley nacional o internacional, usando aviones no-tripulados contra blancos en otros países.
La imprudente abrogación constitucional de la nacionalización petrolera consumada por el PRIAN, fue aclamada por la cúpula petrolera de EU, sus persuasivos cabildos y medios como The Washington Post, entrelazado por su nuevo dueño al aparato de seguridad. En un editorial institucional ese rotativo, que acaba de informar que el apoyo de inteligencia de EU a México es el más grande fuera de Afganistán, proclamó sin rubor o el menor asomo de periodismo analítico serio, que la ruptura petrolera en México demuestra ”...cómo una democracia funcional puede hacer frente a los problemas más sensibles de una nación”... Aunque los beneficios no se verán en varios años, es un triunfo... que abre las puertas al despegue de México. ¿Por qué esta narrativa en tan abrupto y obvio abandono de los hechos? ¿Democracia funcional luego de la desaseada elección presidencial de 2012, sobrada de causales de nulidad por la masiva compra priista del voto de una población lanzada a la miseria y el hambre por el neoliberalismo? ¿Olvida elWP que PRI y PAN nunca plantearon en su plataforma electoral cambios constitucionales y menos de este calibre, negándose a una consulta ciudadana? ¿En EU no tienen derecho a saber de las graves omisiones, atropellamientos, irregularidades y cambios subrepticios en los procesos y el texto de la reforma, denunciadas por la oposición?
La insostenible narrativa institucional del WP ¿es porque, como dice Norman Solomon en el Huffington Post (18/12/13), el nuevo y acaudalado dueño del WP sea fundador y principal accionista de Amazon, que cerró un contrato con la CIA por 600 millones de dólares (más del doble de lo que pagó por el WP) por el manejo de la infraestructura cloud? ¿O fue un premio por desatar Amazon ataques en red contra Wikileaks cancelando su acceso a la Amazon Web Services, cuando transmitía cientos de cables internos del Departamento de Estado?

sábado, 21 de diciembre de 2013

La Reforma Energética consuma la compra-venta de México

Saxe definitiva

  • La Reforma Energética aprobada por el Congreso significará una absoluta absorción y debilitamiento de lo que son las funciones del Estado-Nación que llamamos México.
  • Previsible que, a largo plazo, el crudo mexicano suba a 200 o 300 dpb; pero estará controlado por EU
  • Los legisladores que aprobaron la Reforma Energética provocarán el despido de cientos de miles de trabajadores mexicanos
  • Las petroleras norteamericanas llegarán protegidas por un paraguas de seguridad, controlado desde Washington
  • El plan fue ideado en Wall Street desde hace 34 años, por la Blyth, Eastman Dillon and Company
Material exclusivo
Por: Jorge Santa Cruz (*)
CIUDAD DE MÉXICO. 12 de diciembre.- La Reforma Energética significará para México una pérdida mayor a la que sufrió a manos de Estados Unidos, al concluir la guerra de 1846-1848. En aquella ocasión se perdió más de la mitad del territorio nacional; ahora, se perderán todos los recursos naturales finitos, como el petróleo, explica, en entrevista exclusiva para JSC, Periodismo Libre, el investigador mexicano John Saxe-Fernández.
Lo que aprobó el Congreso mexicano –agrega el autor de diversas obras, como la titulada “La compra-venta de México”- obedece a un plan que fue concebido en 1979, por una de las principales firmas de asesoría a inversionistas de Wall Street: la Blyth, Eastman Dillon and Company. Ésta propuso, entonces, la conformación de un mercado común energético de América del Norte, dirigido por Estados Unidos.
El petróleo y el gas, abunda el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, son considerados por los estadounidenses como recursos de seguridad nacional. Y la seguridad nacional es sinónimo de negocios.
Saxe advierte que las empresas petroleras de los Estados Unidos vendrán a hacer grandes negocios, y a desplazar a cientos de miles de trabajadores mexicanos que serán despojados de sus empleos. Por eso, para evitarles riesgos ante el predecible descontento popular, la Exxon Mobil, la Chevron y la Shell, por citar sólo a tres, serán protegidas por una sombrilla de seguridad dirigida desde Washington.
A continuación, el texto íntegro de la entrevista de JSC, Periodismo Libre, al doctor John Saxe-Fernández:
¿Qué le parece la aprobación de la Reforma Energética? ¿Qué tanto perjudica a México?
Le perjudica inmensamente, porque lo que tenemos es la pérdida de patrimonio, en una escala difícil de comprender. Es tan grande el despojo, que hay que recurrir a la Historia. Por eso, “La compra-venta de México” tiene ese objetivo. Cuando publicamos el libro, en el 2002, ya teníamos claro que este era un proceso que se venía dando de manera acelerada.
La Compra Venta de México
La crisis actual del país deriva de una condicionalidad acreedora a ultranza, como parte de una mala negociación de la crisis deudora. Y de ahí en adelante, se va gestando un proceso muy profundo, cada vez mayor, de desnacionalización del proceso de toma de decisiones en materia de política económica, por el gran peso que van adquiriendo, tanto el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, como el Fondo Monetario Internacional.
Ese estudio lo he hecho y creo que es el período donde da inicio todo esto.
El objetivo central ha sido el lanzamiento, por parte de un esquema de corte oligárquico imperial, que ha afectado profundamente al patrimonio mexicano. Viene con miles de empresas que, literalmente, han sido subastadas. Tenemos un número inmenso de multimillonarios, a raíz de esto que llamamos -muy superficialmente y en abstracto- neoliberalismo, pero que en realidad es toda la condicionalidad, atada a todas las líneas de crédito de estas instituciones, que no son instituciones financieras multilaterales, como las llamamos o las llaman usualmente; son instrumentos de Estado, son instrumentos de clase, establecidos desde Bretton Woods.
Entonces, si no se tiene una mirada de largo alcance, no se percibe claramente el orden y la magnitud de lo que se ha consumado.
Lo que se ha consumado es exactamente la compra-venta de México, es decir, ya las dos últimas grandes empresas, donde el sector energético es -desde luego- el principal eje de acumulación que le quedaba, todavía, a la nación mexicana, y que es absolutamente esencial al ejercicio de algo de soberanía en el país.
Estamos ante un real acontecimiento histórico, de corte profundamente regresivo; yo coincido plenamente con utilizar el término de neoporfiriano, en cuanto al esquema, pero -incluso- cuando yo estaba redactando “La compra-venta de México”, el maestro Gastón García Cantú lo leía y me hacía comentarios (el gran historiador sobre las intervenciones de los Estados Unidos en México), y me decía: “pero Saxe, fíjese que los porfiristas tenían más sentido de la patria que éstos.” Y yo creo que Gastón García Cantú tenía razón en ese sentido.
Esto es una absoluta agresión. Es, realmente, una puñalada al corazón del país. Ahora no vamos a tener a 10 mil, 20 mil, 40 mil, 45 mil personas lanzadas a la calle; van a ser cientos de miles de personas lanzadas a la calle.
Y uno de los efectos inmediatos, desde luego, son los enormes boquetes presupuestales que se van a profundizar. Y el hecho mismo de lo que se ha autorizado, de manera realmente brutal, es algo por lo cual el grupo dentro del Partido de la Revolución Democrática que le hizo el juego al Pacto, va a tener qué responder por el haber autorizado un nivel de endeudamiento de 800 mil millones de dólares, y un incremento extraordinario en los impuestos, que va a tener que pagar el país y mucho del aparato productivo nacional, para rellenar el saqueo brutal de que va a ser objeto México.
Estamos hablando, desde luego, de a dónde irá ese excedente. Pues irá esencialmente a grandes emporios políticos y económicos como Exxon Mobil, como Chevron, como Shell. Y desde luego, por acá, las maniobras de robagallinas traidores. Me refiero ahí a cosas inusitadas y desagradables, que hacen Ramírez Corzo y Reyes Heroles hijo, entre otros.
Es un día oscuro para el país, y desde luego que se está afectado la estabilidad del país. Tenemos el asunto de que estas empresas, a las que se les han abierto las puertas, además de que son grandes emporios políticos y económicos, tienen todo el respaldo del aparato de Estado de los Estados Unidos.
Para eso se montó toda una estructura de seguridad dentro de México. Tenemos, desde luego, la Iniciativa Mérida. Usted sabe perfectamente que la Iniciativa Mérida no se rige bajo los preceptos del derecho internacional, y bajo ningún precepto de ningún tipo institucional. Son arreglos de facto que inciden también en la desnacionalización del proceso de toma de decisiones en materia de seguridad.
Entonces, lo que está en juego es una absoluta absorción y debilitamiento de lo que son las funciones del Estado-Nación que llamamos México. Ni más ni menos. Eso es lo que está de por medio. Es una barbaridad. Es un hijodeputada lo que han cometido.
¿La aprobación de la Reforma Energética se puede comparar con la pérdida de más de la mitad del territorio nacional, frente a Estados Unidos, en la guerra de 1846-1848? Da la impresión de que México está dejando de ser México…
 
México pierde la mitad de su territorio
Es equiparable a eso que usted menciona, que se formalizó con el Tratado Guadalupe-Hidalgo. Es equivalente, y es muy importante la reflexión suya, para luego equiparar lo que acaba de suceder y de lo que estamos hablando.
Yo me atrevo a decir que la profundidad de la pérdida es incluso mayor, si tenemos en cuenta que todavía en el siglo XIX no teníamos tan cerca el agotamiento de recursos finitos, como el petróleo convencional, ese petróleo de fácil acceso, que se obtiene a bajo precio y es de alta calidad, que es lo que estamos presenciando ahora y, consecuentemente, ya en este período, que se llama Techo del Petróleo, convencional y no convencional, los dos, incluyendo el otro tipo, el llamado gas de lutitas, el petróleo de lutitas, yo me atrevería a decir que es, también, una enorme pérdida de oportunidad histórica. ¿Por qué? Porque los precios de estos recursos, son valiosísimos, si se les mira a cinco, 10, 15 o 20 años. Es inimaginable lo que han hecho. Consecuentemente se ha jugado con el futuro del país.
Yo creo que es necesaria una movilización y una resistencia. Yo ahora soy –precisamente por mi desilusión con la conducción que ha tenido el partido que acabo de mencionar- parte del Consejo Consultivo del Movimiento de Regeneración Nacional. Me parece que es importante una expresión organizada y pacífica, para modificar esta barbaridad.
¿Es dable pensar que con la reforma aprobada, las empresas extranjeras vengan y refinen petróleo, y vendan la gasolina más barata de lo que lo hace Pemex?
No. Eso son cuentos del camino. Ellos vienen a sacar el petróleo; la mayor cantidad posible, en el menor tiempo posible. Uno de los problemas centrales que tiene la economía de los Estados Unidos es –precisamente- este agotamiento del recurso. Y el problema inmediato que ya ellos conocen, porque saben perfectamente, que en el caso del petróleo de lulitas -que les ha aumentado la producción de gas e, incluso, de petróleo-, es una explotación de muy corto plazo.
Las curvas de caída de la producción de este tipo de petróleo no convencional son muy abruptas. Son realmente exponenciales.
Más o menos tendrían un margen de no más de cuatro a cinco años. Es decir, es de muy corto plazo. Aquí no estoy haciendo referencia a un dato hipotético, sino a los estudios que ya tenemos disponibles, porque en Estados Unidos se ha hecho esta explotación de 2002 para acá, de manera muy intensa. De tal manera que ya hay, aproximadamente, 10 años acumulados en los registros de producción diaria de los pozos, en más o menos 65 mil pozos, en 31 cuencas de gas y petróleo de lulitas en ese país. Los datos del registro diario de la cantidad de barriles equivalentes, cuando es de gas o petróleo, la curva es exponencialmente de declive.
El asunto central es que, en 2012, para mantener el mismo nivel en la producción de gas, se tuvieron que perforar 9 mil pozos con un costo aproximado de 42 mil millones de dólares, en gas; y para hacer lo mismo en petróleo de lulitas, se trató de seis mil 500 pozos, con un costo de 35 mil millones de dólares, para mantener el mismo nivel de producción que venía anteriormente.
Es decir que desde el punto de vista financiero y desde el punto de vista geológico, ellos saben que eso no funciona. Identifican que eso es de muy corto plazo. Ha funcionado en el corto plazo. Hay mayor producción de gas. Hay mayor producción de petróleo. Pero hay que hacer toda esta maniobra para sólo mantener, dentro de Estados Unidos, el mismo nivel. Por cierto que, de paso, quiero decir que para Estados Unidos el gas y el petróleo son materia de absoluta seguridad nacional y de corte estratégico. Ahí no entra cualquiera a hacer una exploración. Ni en el área de petróleo, ni en el área de producción marítima, aérea, aeroespacial… Hay aproximadamente 25 áreas donde hay una prohibición de inversión extranjera directa, por su carácter esencialmente estratégico.
Entonces, el asunto central que le quiero decir es que, tanto en el caso de Estados Unidos, como a nivel global, el nuevo petróleo de los países que no forman parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, apenas funciona para mantener el nivel, por el enorme declive del petróleo convencional y no convencional. El no convencional baja mucho más rápido que el otro; porque los grandes depósitos gigantes también están mostrando declive y aquí tenemos uno de los mayores depósitos, el tercer gigante del mundo, que ha sido brutalmente explotado por estos neoliberales, que es Cantarell. Esto se está repitiendo en grandes pozos. Y esto incluye a pozos en Arabia Saudita y en otros lados. Pero, lo que estoy diciendo es que la producción de esos grandes pozos convencionales en los países que no están en la OPEP es tan grande, que la nueva producción apenas, apenas y no da para compensar lo que está decayendo.
Esto quiere decir que los precios del petróleo en el mediano y largo plazo, van a subir. Fíjese usted –y el público debe de recordar- que en los años 90, el barril de petróleo de la canasta mexicana estaba cotizando en 18 dólares. Hoy lo tenemos cotizado en casi 100 dólares. En menos de una década eso va a quedar en 200 o 300 dólares. La pérdida a futuro, la entrega de riqueza a futuro que se ha hecho, es muy difícil de calcular. Es astronómica. De tal manera que si nos regresamos a lo que usted planteó, de la ocupación, de la Guerra del 47, y de la formalización del gran despojo territorial del país, y de la riqueza que México perdió en aquella oportunidad, yo me estoy atreviendo a hipotetizar que la de ahora es mucho mayor.
El otro elemento esencial es que esto afecta profundamente –y esto es gravísimo- la estabilidad social. Si ya tenemos un deterioro brutal y pobreza y polarización social, a niveles patológicos, esto va a profundizarse todavía.
Dólar
Por lo que vemos, la maniobra tiene dos vertientes: una, que Estados Unidos asegure su reserva estratégica de petróleo con el nuestro, a muy bajo costo; y al pasar nuestro petróleo a la reserva estratégica de ellos, y al quedarse México sin crudo convencional, y sin el petróleo de lulitas, entonces se hará absolutamente dependiente de ellos.
Por el otro, el hecho de que se estén consolidando instituciones de seguridad, es porque prevén algún movimiento de descontento. Vamos, hasta la Cámara de Diputados habla ya de reglamentar las marchas en el Distrito Federal.
Es decir: como que todo viene a modo para que el gobierno enfrente un movimiento social grave.
Yo lo único que puedo, es agregar a eso. La reflexión es correcta en las dos dimensiones.
En esta primera dimensión, por eso fue dije que era de largo plazo, en 1979, una de las principales firmas para inversionistas en Wall Street, llamada Blyth, Eastman Dillon and Company, fue la que le hizo a las grandes petroleras de los Estados Unidos, el diagnóstico de la situación en la América del Norte; es decir, que incluía a Canadá y Estados Unidos en un contexto geopolítico y geoeconómico dirigido por Estados Unidos.
Entonces, ellos planteaban: los Estados Unidos no tienen por qué ser rehén de las actividades de países en el Oriente Medio, si ausentes las diferencias nacionales entre México, Canadá y Estados Unidos lográramos una integración de los recursos energéticos de la América del Norte, por medio de una suerte de mercado común. Esto es 1979. Hay que entender, el público tiene que entender, que cuando en Estados Unidos se habla de seguridad nacional, se habla de seguridad empresarial y viceversa. Hay una simbiosis Estado-Empresa muy fuerte.
Yo recuerdo que uno de nuestros colegas, Marcus Raskin, estuvo aquí, allá en los 80. Teníamos un seminario sobre seguridad nacional y, desde luego que la importancia estratégica del petróleo mexicano era absolutamente clara. Él era de Estados Unidos. Y le pedimos una definición de seguridad y nos respondió: “National security is business; business is national security” (“La seguridad nacional son los negocios; los negocios son la seguridad nacional”.)
Comando NorteEs una amalgama. La empresa no viene sola; viene con el aparato de seguridad detrás. Todos estos arreglos policial-militares, a los que usted hace referencia; es toda esta enorme penetración estadounidense… que se nos fue hasta la cocina. La Agencia Central de Inteligencia, la National Security y el mismo Comando Norte está metido hasta la cocina en el país. Está íntimamente vinculado con la explotación y con el esquema que nosotros estamos viendo. Lo que existe ya es un sombrilla de seguridad alrededor de las unidades que van a venir a hacer la explotación brutal de los recursos. Desde luego que el control de la población despojada, de la población que está siendo tirada a la calle, que le están robando su patrimonio, el control de esa población es mano-militar.
Usted está viendo no solamente lo que mencionó, sino la creciente criminalización y burocratización de las expresiones sociales de resistencia.
A ese nivel llega la traición. Es decir, que Santa Anna se quedó corto y que el porfiriato se quedó corto.
¿Entonces, por eso tanto interés en la cédula única de identificación? ¿Qué toda la población tenga un chip para que sea localizada? Vamos hacia eso y no falta mucho…
Absolutamente. El asunto es de muy largo plazo. Observe usted: en “La compra-venta de México” estaba verdaderamente escandalizado de como el país se quedó sin los ferrocarriles.
Y yo llegué a entender en qué consistía. ¿Por qué nos quedamos sin servicio de pasajeros? Ah, tenía que ver esencialmente con no facilitar el traslado, de la cantidad de gente que está siendo expulsada por el esquema económico brutal, aplicado en toda la América Latina, que anda buscando refugio, que anda buscando empleo, en Estados Unidos.
Fue para usar a México como colchón migratorio, es decir, que las fosas clandestinas sucedieran en México y no en el desierto de Arizona, o de Texas. Usar a México como colchón migratorio y lanzar el aparato migratorio de los Estados Unidos hacia la frontera de México con Guatemala.
Esto es muy claro, pero lo que pasa es que debemos utilizar los términos correctos, pero nuestra prensa todavía no los usa. Por ejemplo: vino Janet Napolitano. Ella era, en aquel momento, la secretaria de los Estados Unidos en el Departamento (lo voy a decir en inglés) que se llama Homeland Security, Department of Homeland Security. Y nuestra prensa traduce “Homeland Security” como “Seguridad Interior” de los Estados Unidos. Eso no es el texto. El texto dice: “Departamento del Suelo Patrio” de Estados Unidos. Eso quiere decir “Homeland”.
Vino la señora de visita, aquí, hace unos cuantos meses y dijo que venía a hacer arreglos con México para articular, para desarrollar operativos en la frontera norte de México, y en la frontera sur de México. Es decir, que allí estamos ya equiparando la situación del país con la situación que tenían los principados en la India, con el Imperio Británico, más o menos a finales del siglo XIX y en los primeros 49 años, diría yo, del siglo XX, donde Inglaterra les decía “Ustedes, principados, pueden hacer todo lo que quieran; pero no hacen política exterior, no hacen política económica y, mucho menos, hacen política de defensa. De eso me encargo yo”. Es lo que tenemos ahorita.
¿Vamos a ser menos de lo que es una estrella en la bandera de los Estados Unidos?
La diferencia entre una colonia y una nación soberana, es que la colonia puede hacer todo lo que quiera, menos política exterior, menos política de defensa, y menos política económica.
Yo recuerdo que hace unos seis o siete años publicó usted un artículo en el periódico La Jornada, que se tituló “La entrega de todo México”. Me da la impresión de que ya se consumó la entrega de todo México.
Aquí lo tenemos. Al menos desde el punto de vista formal, así es.
(*) Periodista.
@JorgeSantaCruz1
jlsc.ua@gmail.com

viernes, 13 de diciembre de 2013

Darle en la torre a Pemex
John Saxe-Fernández, La Jornada a Jueves 12 de Diciembre de 21012
E
l 31 de enero 2013 hubo un estallido seguido de una onda expansiva que se sintió como un temblor que causó decenas de muertos, más de cien heridos y pánicoentre miles de trabajadores de los edificios de Pemex. Hoy la agresión a Pemex y sus más de 170 mil trabajador@s e ingenier@s contenida en la contra-reforma energética es una puñalada al corazón de México, seguida de una onda expansiva de indignación de más de 60 por ciento de la población, una resistencia civil y pacífica convocada por Morena, de cacerolas y cucharas contra escudos metálicos, que se escucha en las afueras del Senado día y noche, ante la consumación de lo que AMLO llama el robo de todos los tiempos. Es rechazo a la hazaña de Washington y Wall Street, perpetrada a través de Peña, PRI y PAN.
Las explicaciones del siniestro no fueron convincentes. Tampoco las contenidas en el dictamen del programa de ajuste estructural (PAE) para el sector energético con sus 21 transitorios, enviado al Senado a última hora en diciembre. Al respecto Fluvio Ruiz Alarcón, consejero profesional independiente de Pemex, recordó que a Petrobras y a Slim les concedieron periodos de transición de tres y 20 años años para prepararse y competir con los gigantes petroleros o de telecomunicaciones, por lo que calificó de impresionante y sorprendente que a Pemex, cuyo aporte fiscal rebasa al de todas las firmas que cotizan en bolsa, se le dieran sólo 60 días para competir con firmas de gran peso político y económico (Exxon, Chevron, Shell etcétera) apoyadas en persuasivos y acaudalados cabildos, por el Departamento del Tesoro vía FMI-Banco Mundial-BID y el escudo diplomilitar de Estados Unidos metido hasta la cocina, luego de 12 años de panismo.
En el dictamen se detectan con diáfana claridad, múltiples huellas del Tesoro y el diktat imperial en los tiempos del techo petrolero. Se trata de un PAE con empréstitos por rama del BM/BID, al que se accede sólo bajo las condiciones macroeconómicas del FMI. Si a esta condicionalidad cruzada se agregan las comisiones de los altos cargos que manejan los PAE (con depósito legal en cuentas suizas, dice Stiglitz), no es difícil explicar la fluidez con que transita la desnacionalización delproceso de toma de decisiones en materia energética, ajustándolo a los intereses empresariales y de seguridad de Estados Unidos con las consecuentes mutilaciones constitucionales.
La supeditación de Hacienda al FMI está en la base de la brutal agresión fiscal a que se somete a Pemex para, por tres décadas, implantar la veda a más refinerías, debilitar la integración vertical de Pemex, abrir las puertas a los contratos de riesgo, aceptar inversión extranjera al 100 por ciento en petroquímica, abrir paso a la privatización total del sector,permitiendo la competencia doméstica e internacional ante Pemex, como se consignó en las Cartas de Política por Rama del BM, base del dictamen, sintetizadas en La reforma del monopolio petrolero de México, documento de 1992 de la Heritage Foundation, Washington DC.
Ya que FMI-Hacienda, vía diseño presupuestal, gravitan sobre lo que procede o no en Pemex, resulta relevante tener presente, como advirtió Fluvio Ruiz, que el dictamen no ofrezca un mecanismo bien definido que garantice la autonomía presupuestal y de gestión de Pemex, ni quede claro en qué proporción habrá una disminución de la carga fiscal a Pemex (La Jornada 8/12/13 p 5). Se corrobora, como afirma Benito Osorio, ex presidente de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, que los dichos de Peña Nieto de fortalecer a Pemex fueron una maniobra mediática, ya que el dictamen, además derecuperar y restablecer una actividad como existía antes de la nacionalización petrolera...crea un esquema de competencia donde el más afectado será Pemex (ibid).
Pese al amplio programa fiscal/administrativo impuesto por el FMI-Hacienda que induce el debilitamiento de Pemex y el finiquito de toda actividad sustantiva, la rentabilidad anual de la paraestatal es de más de 100 mil millones de dólares debido, en gran medida, al inusitado aumento en los precios del crudo. En los años 90 la canasta mexicana promedió 18 dólares por barril y hoy se cotiza en casi 100 dólares. En el tercer trimestre de 2013 la utilidad de Pemex antes de impuestos, derechos y aprovechamientos fue de 186 mil 885 millones de pesos (mmp) obligándosele a pagar más de 226 mmp, registrando una pérdida de 39 mmp, según estados financieros de la BMV recabados por Israel Rodríguez.
Coda: fuentes oficiales indican que pese al boom shale en Estados Unidos,la producción de crudo en países fuera de OPEP no aumenta: la nueva producción apenas compensa la declinación de los yacimientos (Bulletin of the Atomic Scientists, julio 2013). Por lo que se contemplan aumentos persistentes en los precios. Finiquitar a Pemex privatizando la jugada a favor de las Exxon/Chevron, los Ramírez Corzo y Reyes Heroles: he ahí uno de los ejes clave de la gran hazaña de los Santa Anna en turno.

jueves, 28 de noviembre de 2013


Explotación de fósiles no-convencionales en Estados Unidos. Lecciones para América Latina

Por John Saxe-Fernández, PIA.- A continuación reproducimos la ponencia de John Saxe-Fernández en el Seminario Internacional “Nuestra América y Estados Unidos, desafíos del siglo XX” realizado en la ciudad de Quito (Ecuador) los días 30 y 31 de enero del presente año, organizado por el Centro Internacional de Información Estratégica y Prospectiva (CIIEP), Institito de Estudios Americanos (ASINS) y PIA. 

Preámbulo: euforia por los fósiles no-convencionales en tiempos del “techo del Petróleo”. Wall Street, la burbuja “shale”  y la “seguridad nacional”.
Euforia del “gas shale” y  el “techo del petróleo”
En lo que es ejemplo típico de la euforia en torrente por los fósiles “no-convencionales”[2] que caracteriza en tiempos recientes a la prensa estadounidense, en que destacan el Financial Times (FT), Washington Post, Forbes, entre otros, apareció un artículo con subtítulos que claman que “ya existe la tecnología para extraer las reservas” (de gas y petróleo no convencional -“shale”) que permite  una revolución energética en Estados Unidos de América (EUA). Con esas reservas, proclama el autor, se recuperará la economía y el empleo del colapso de 2008, se propiciará una revolución que establecerá un “puente dorado” para la transición hacia otro patrón energético, se fortalecerá la “seguridad nacional” y militar, y EUA recuperará la “independencia energética”.[3]
Por lo que se refiere a la tecnología[4] utilizada en la producción de petróleo o gas “no convencional” (shale) sus promotores sólo la identifican como “fracturación hidráulica”, “hidrofractura” o “fracking”, pero no detallan sus características: como cuál es el consumo de energía para producir un barril de petróleo -o su equivalente en unidades térmicas británicas si se trata de gas-, ni se habla de los impactos y costos sobre el entorno inmediato, la salud de la población, fauna y flora o el medio ambiente global. Tampoco se menciona que cada pozo de fractura hidráulica (frack) requiere de entre 20 a 30 millones de litros de agua enlazada con  unas cuatro toneladas con cientos de sustancias químicas, muchas de ellas altamente tóxicas, mutagénicas y cancirogénicas. Esa “mezcla” que se inyecta a muy alta presión contra fracturas naturales de la roca, es un “secreto corporativo” legalizado en EUA bajo auspicio del entonces vicepresidente R. Cheney durante el gobierno de Bush II (2001-2008) por lo que se la conoce como “The Halliburton Loophole” (“rendija legal”). Antes de arribar a la vicepresidencia de EUA Cheney fue Secretario de Defensa de Bush padre y luego gerente general de Halliburton (HAL) la principal empresa de servicios petroleros del mundo. Con Schlumberger (SLB), Hughes & Baker y Weatherford, HAL encabeza ese importante nicho y es el mayor consumidor de herramientas y equipo para el “fracking” en EUA. Hasta el momento y por su extenso uso en ese país, se han identificado cerca de 519 sustancias de la tóxica “mezcla fracking”. Cada firma elabora su propia y secreta fórmula que se inyecta hacia el subsuelo entre mil quinientos o más metros hasta llegar a la roca madre y de ahí, usando la perforación horizontal, se dispersa otros mil quinientos metros o más, serpenteando en todas direcciones. Parte de la tóxica agua retorna a la superficie luego de recoger otros elementos depositados por la naturaleza a lo largo de millones de años: metales pesados y sustancias radiactivas como radón, radio o uranio. El resultado sobre la salud humana, animal y vegetal y el medio ambiente es semejante al de la minería a cielo abierto. Otra porción del fluido contamina los acuíferos. Cuando el agua de reflujo no se puede almacenar en la superficie, se envía en cientos de pipas “a plantas depuradoras de la zona que no suelen estar preparadas para ese tipo de contaminaciones.” [5
En lo que concierne a los antecedentes geopolíticos del fenómeno, téngase presente que la anhelada “independencia energética” se refiere a la “dependencia estratégica”,[6] porque EUA de gran productor y exportador de petróleo al inicio del Siglo XX pasó a la categoría de “importador neto” de petróleo y llegó a su “peak oil” (techo de producción) a principios de los 1970. Por lo que en sus evaluaciones estratégicas que se actualizan periodicamente, son esenciales las “incertidumbres y aconteceres político-militares” del Oriente Medio (OM), sede del 60 por ciento de las reservas mundiales de petróleo convencional, así como la incidencia de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que incluye además de los principales productores del OM, a Ecuador y Venezuela, con una reserva de petróleo convencional y no convencional considerada de dimensiones semejantes, si no es que mayor, a la de Arabia Saudita . La OPEP es una coalición que impacta día a día el mercado mundial de crudo. Por el control de sus integrantes sobre las grandes reservas mundiales de crudo convencional, las “siete hermanas” vieron fragilizar su “integración vertical”, es decir, las actividades que van desde el pozo hasta los encadenamientos petroquímicos y la comercialización de los productos: un asunto esencial para el éxito comercial de las grandes petroleras.
La “independencia energética” fue una bandera enarbolada desde los años setenta del siglo XX por el aparato de “seguridad nacional” de EUA, junto a las grandes petroleras (big oil) de entonces, conocidas como “las siete hermanas”, muchas de ellas hoy fusionadas, Standard Oil (ahora Exxon-Móbil o -XOM-), Shell, British Petroleum (BP), Chevron-Texaco, Conoco-Phillips, etc.
Los hallazgos petroleros en México y Canadá (en tierra azteca se descubrió el yacimiento super-gigante “Cantarell”, el tercero más grande del mundo) coincidieron con el arribo de la reserva de petróleo convencional de EUA al techo de producción (peak oil) en 1970, como lo anticipó el geólogo Marion King Hubbert.[7] En 1956 Hubbert predijo, en medio del rechazo generalizado dentro y fuera de la industrial del gas y del petróleo, que la producción petrolera de EUA llegaría a su máximo a principios de los años 1970. Así ocurrió. Para Estados Unidos arribar al peak oil y los reportes geológicos sobre los “hallazgos” además de concitar enorme interés -y codicia empresarial-, sobre sus dos vecinos inmediatos, fueron acontecimientos de enorme magnitud económica y estratégica. EUA ya transitaba veloz a la categoría de “importador neto” de petróleo y poco después vino el embargo petrolero que le impuso la OPEP, como réplica a su apoyo a Israel durante la Guerra del Yom Kippur, en Octubre 1973.
Además del desastre que fue para EUA el disparo en los precios (primer shock petrolero) por ser el principal consumidor de petróleo per cápida del mundo, aquello también fue un trauma estratégico. Aunque siempre dejando la puerta abierta para la intervención unilateral en el Golfo Pérsico, la ruta “racional” para enfrentar el predicamento alentada por el gobierno de James Carter (ahorro y conservación energética, mejoras en la tecnología de la máquina de combustión interna, límites a la velocidad en carreteras, estímulo a las fuentes de energía limpias y renovables, solar, viento, entre otras medidas) fue detenida en seco al arribar Reagan a la Casa Blanca y postergada desde entonces, a favor de salidas militares para apoderarse de las reservas de los otros -OPEP- utilizando la mano visible de los monopolios, el puño clandestino de la CIA y el puño visible del Pentágono, con un Ejército cuyo lema para los automovilistas de EUA ha sido: “don´t conserve. We´ll go out and get it for you” -literal: “no ahorre -gasolina-. Nosotros nos desplazamos y se la conseguimos”.
Con la mira en los recursos naturales estratégicos no renovables de “las Américas”, la Casa Blanca empezó, como paso previo, impulsando el establecimiento de una suerte de “mercado común” que integrara los recursos energéticos de México y Canadá a EUA. Años después la “independencia” se formalizaría en un mecanismo comercial y geopolítico de América del Norte bajo diseño y guía de Washington, algo que, treinta años después, vuelven a enarbolar los cabildos del “big oil” y los promotores del gas y petróleo “shale”.
Ese diseño geoestratégico y empresarial fue elaborado en 1979 por la  consultora Blyth Eastam & Dillon de Wall Street. En 1994 se formalizó en el Tratado de Libre Comercio de la América del Norte (TLCAN). Posteriormente, en 2002, en una reorganización del Departamento de Defensa (DdD) durante el gobierno de Bush II, se incorporó a México y Canadá al “perímetro de seguridad” de EUA por medio del “Comando Norte” (Northcom). El objetivo fue proyectar hacia América Latina y el Caribe este esquema imperial  conjuntando el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), con el ya existente “Comando Sur”, con sus bases militares y la “Cuarta Flota”, y un programa de intervención/ocupación de “guerra irregular”, basado en el terrorismo de estado, ensayado en el Plan Colombia y posteriormente por medio de la Iniciativa Mérida en México.
La noción kissingeriana de usar al TLCAN como punta de lanza hacia América Central, el Caribe y América del Sur la sintetizó Alan Stoga de la consultora Kissinger Associates, representante de los mismos intereses empresariales, bancarios y de seguridad a los que Kissinger siempre sirvió, como consejero de seguridad nacional y Secretario de Estado: “por razones comerciales y estratégicas (…) Es necesario empezar a explorar lo que significaría un acuerdo de libre comercio hemisférico. El eje clave es México, Estados Unidos y Canadá. Si este acuerdo trilateral de libre comercio se desarrolla, se empezarían a alentar relaciones comerciales que a la larga conduciría a una zona comercial hemisférica”.[8] El rechazo en Mar del Plata, Argentina, al ALCA (2005), encabezado por Hugo Chávez, fue un paso histórico: libró a Sudamérica de los grandes desplomes en derechos humanos, soberanía y economía que México ha sufrido, por la torpe adhesión de Calderón a la “guerra irregular” del Pentágono (bajo fachada de “guerra al narco”) y por el  enclaustramiento económico/comercial con EUA.
Consolidada la prognosis de Hubbert[9] en los hechos, a mediados de la década 1990 varios analistas aplicaron ese método a la producción mundial de crudo, estimando la Agencia Internacional de Energía (AIE) como fecha aproximada del “peak oil” mundial, entre 2004 y 2008. Como lo anticiparon C.B. Hatfield, R.A. Kerr, C.A. Campbell[10] y J. H. Laherrere,[11] el petróleo se colocó como ingrediente central en la agenda mundial porque había llegado el fin del petróleo barato. En el horizonte ya se perfilaba el peak oil. Fatih Biro, primer economista y Director del departamento de Economía Global de la AIE, señaló el año 2006 como el inicio del peak oil, indicando una tasa de disminución de la producción mundial de 5.8% anual. Lo que entonces se detecta va en una dirección que tiende a pronunciarse. El banquero de energía Matthew Simmons advertía ya la declinación de Arabia Saudita, primer productor mundial.[12] Con el declive en la producción de Ghawar en mente (se trata del mayor yacimiento petrolero del mundo), Simmons comenta que “sería necesario descubrir tres nuevas Arabia Saudita, sólo para nivelar el declive”.[13] Burgan, el segundo gran yacimiento mundial localizado en Kuwait, colapsó en el 2005 y por esas fechas Cantarell de México, el tercer yacimiento mundial cayó 35%. En Rusia, segundo gran productor mundial, se percibe la declinación, igual que en Nigeria. En el mundo son perceptibles síntomas de declinación en la producción, pero con el aumento de los precios, Caracas vio acrecentarse de manera significativa su reserva por su enorme y variada dotación de petróleo,[14] sumado a que Chávez rechazó el mandato estadounidense de “extracción máxima”.
Es claro, por otra parte, que la disminución de la capacidad ociosa global de petróleo, entendida por la Administración de Información de Energía del Departamento de Energía de EUA (AIE-DE) como “el volumen de producción de petróleo que puede ser llevado al mercado en un plazo de 30 días o menos y mantenerse ahí al menos 90 días”, ha sido una preocupación central tanto en la inducción como en el freno a las operaciones militares. En los casos de Irak y Libia, se determinaron “márgenes aceptables” de aumento en los precios para proceder con las operaciones de la guerra de agresión. A diferencia de la invasión y ocupación contra Irak, que lleva 10 años, en Libia la operación fue más en el tenor de “blitzkrieg”, al menos al nivel operativo. En 2012 la AIE-DE consideró que de atacar el Pentágono a Irán aumentaría seis veces la escasez entre oferta y demanda global sobre la base de las estimaciones de producción y consumo en Febrero de ese año: “el uso global de combustible promedia 3 millones de barriles diarios (mbd) más que la producción si se excluye a Irán del cálculo y 500 mil barriles más si se le incluye.”[15]
Luego del fallido intento de golpe de Estado contra Hugo Chávez en abril, 2002, el régimen Bush-Cheney profundizó la línea Reagan con la brutal petroguerra contra Irak.[16] La “diplomacia de fuerza” en pos del crudo siguió en el destrozo de Libia y en el acoso a Irán que se intensifica peligrosamente, como advirtió Larry Wilkerson, ex Jefe del Staff del Secretario de Estado Collin Powell, al comentar las enmiendas de la Ley de Defensa Nacional que abren la vía a otra guerra de agresión.[17] Wilkerson consideró altamente significativo y preocupante la exclusión  en la Ley de Defensa Nacional de un párrafo indicando que “ninguna parte o sección de esta Ley puede ser interpretada como autorización para una guerra contra Irán”.[18]
La campaña del “big oil” por concesiones territoriales para la explotación “shale” que se observa en varios países de la región (Argentina, Uruguay, México) repleta de graves riesgos para la población y el territorio, ocurre junto a crecientes presiones del Departamento de Defensa para que en Argentina, Uruguay, el aparato militar adopte su esquema de “guerra irregular”, bajo parámetros semejantes al Plan Colombia o la Iniciativa Mérida, cuyo ADN proviene de los programas de contrainsurgencia. Es decir, que se asuma un abandono de la función de “defensa nacional” a favor de funciones de “seguridad interior”. En la Décima Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas, Washington dio a conocer su “nueva Política de Defensa para el Hemisferio Occidental”, en la que el Secretario de Defensa comentó que EUA “se propone completar el retiro de Afganistán e Irak”. Pero, como comenta un analista argentino, la mala noticia es que pese a ello, en el hemisferio occidental procuraremos ser el socio predilecto en materia de seguridad, afianzando alianzas bilaterales y multilaterales, ya que ningún país por sí mismo puede hacer frente a los desafíos multifacéticos y solapados que presenta el siglo XXI. Este es el nuevo nombre de la doctrina de las nuevas amenazas que Washington impulsó a comienzos del siglo, y que implica el empleo de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad interior. Las tres leyes argentinas que lo prohíben, están hoy bajo asedio estadounidense.[19]
El intento de imponer la “guerra irregular” para enfrentar un rubro de “desafíos multifacéticos y solapados”, se da en un contexto mundial caracterizado por una creciente multipolarización, que avanza veloz desde el fin de la expansión económica de la Segunda Guerra Mundial junto a evidencias inequívocas de agotamiento de recursos naturales estratégicos “convencionales”, encabezados por gas y petróleo. La militarización de la política exterior de EUA y el regionalismo unilateral “norteamericano” es parte de sus “respuestas” ante el problema de los “recursos”, como se observa en Irak, Libia y en la vasta campaña de guerra psicológica y político-militar desatada contra Irán. Las tres naciones victimizadas son integrantes de la OPEP, coalición que controla el 70% de las reservas mundiales de petróleo. La  unilateralidad de la diplomacia de fuerza de EUA, con sus los altos costos sociales y humanitarios, acrecienta la perceptible incapacidad objetiva de esa potencia para articular, con el consenso necesario, los pivotes para el manejo de la economía y la política internacional.[20]
Gas y petróleo shale: curalotodo 
Por lo que no extraña que luego del colapso económico-financiero de 2008 el tema de la “independencia energética de la América del Norte” reapareciera en la narrativa de bancos, firmas de inversión y del sector público de EUA, que promueve al “shale” como “curalotodo”, dentro y fuera de su jurisdicción. Se le considera no sólo el vehículo para “un renacimiento industrial” y la solución del desempleo, sino también como motor hacia la transformación de “América del Norte en un Oriente Medio” como lo proclama Citigroup, la firma “too big to fail” dueña de Bancomer que representa cerca de la mitad del sistema bancario “mexicano”.
Estos y otros milagros “shale” aduce Ed Crooks del FT, afectado por el tipo de fiebre que suele aquejar a analistas e inversionistas que operan bajo inercias del “boom” del gas shale o que se identifican con “hedge funders” de cara dura, detectados en Goldman Sachs, Morgan Stanley Smith Barney, Citigroup etc, cuando mal informan a su clientela para invertir en una dirección, mientras apuestan contra ella en tiempos de colapsos en los precios, o de burbujas especulativas a punto de reventar.[21] Crook, en una amalgama de verdades a medias exclama que “en el curso de los dos últimos años (…) la industria del gas y petróleo ha despertado ante la explotación de formaciones geológicas (plays, en la jerga petrolera de EUA) que abundan en petróleo y gas, y en los líquidos del gas natural como el etano y el propano, que se usan para alimentar la industria de los petroquímicos”. Firmas de vanguardia, incluyendo a Chesapeake Energy, Exxon Mobil y Hess- han invertido miles de millones de dólares adquiriendo derechos de perforación sobre las tierras.[22]
El analista hacía notar que ante la desaceleración, la erosión de la preeminencia industrial y del desempleo que abaten a EUA luego del traumático y crónico colapso de 2008, en las regiones donde se localizan formaciones geológicas de interés, Texas y Dakota del Norte entre ellas, está emergiendo una “revolución industrial” impulsada por el gas y petroleo shale. Todo una hazaña tecnológica porque, dice Crooks, lo que era “comercialmente imposible” ahora “está al alcance nuestro gracias a técnicas que han sido perfeccionadas en la última década”.[23] La lluvia de loas que han acompañado al “boom” en la producción de estos fósiles “no convencionales” (artículos de periódico, en magazines, revistas especializadas, programas de radio, televisión y la red) devino en diluvio, cuyo impulso sale de las fronteras y arrastra en su retórica y “desinformación” tanto a inversionistas extranjeros como, en más de una ocasión, a políticos, académicos y gobiernos con líderes ansiosos de participar en el “shale boom” y en las ofertas de sus persuasivos cabilderos. La exuberancia de la “burbuja shale” recibe hoy estímulos de otras ramas, vinculadas a la energía y por tanto centrales al funcionamiento de la civilización como la conocemos. Ahí están, desde luego, las beneficiadas con la explotación y abaratamiento del gas shale en EUA: además de contemplar modificaciones para el uso de dicho gas shale en buena parte de su flota automovilística, las gaseras aspiran a lograr grandes subsidios gubernamentales, mientras otras ramas de la economía se benefician del colapso del precio. Por ejemplo, los consumidores residenciales e industriales de electricidad y las firmas dedicadas a su generación y, de manera particularmente intensa, la petroquímica.
La euforia del “gas shale” recuerda las películas de vaqueros heroicos mata-indios de Hollywood: el gerente general de Dow Chemical, la poderosa contratista militar y líder de la petroquímica, exhuda satisfacción ante la gran “hazaña” de los hombres y la tecnología que permite abrir la roca madre y sacar el gas shale, ahí bajo resguardo de la roca por decenas o centenas de millones de años: es “una oportunidad fenomenal”, “un regalo (a EUA) de los emprendedores, los excavadores del gas y del petróleo”.[24]





Yacimiento Vaca Muerta, Neuquén, Argentina 
Del Bravo al Cabo de Hornos
Los cabildos y los mismos capitanes de la poderosa industria del gas y el petróleo de EUA muestran gran interés en América Latina, desde la Cuenca de Burgos en el árido nor-oeste de México hasta Vaca Muerta en Neuquén, Argentina. Los publicistas, políticos, empresarios y analistas de la academia promotores del “shale” que aparecen al sur del Rio Bravo se inclinan, al igual que sus contrapartes estadounidenses, por invisibilizar los devastadores impactos del “fracking” ya manifiestos en EUA luego de pocos años de uso más generalizado.[25] La experiencia de EUA muestra una avalancha de rechazo al “fracking” que crece sobre los daños al bienestar, la salud de cientos de comunidades rurales, indigenas, barriadas obreras, suburbanas y urbanas. También con efectos devastadores sobre la flora y fauna, el agua y el medio ambiente local y global. Inevitablemente tratar de ocultar los costos del fracking resultó una tarea “imposible”[26] en lo interno, aunque la población latinoamericana sobre la que se ciernen estos riesgos, permanece poco informada, con excepción de comunidades argentinas que ya conocen un infierno que tiende a generalizarse.[27]
Las decenas de miles de pozos shale (“fracks”) están por doquier en EUA, en zonas rurales, urbanas, suburbanas y exurbanas, o en las cercanías de las fuentes de agua de grandes “corredores urbanos” con gran población, como el que se extiende de Boston a Washington DC (BosWash) que incluye además, entre otras urbes a Nueva York, Filadelfia, Pittsburg y Baltimore; o el corredor urbano en California, que va de San Francisco a Los Ángeles, asentado este último en formaciones con “tight oil” (similar en calidad al aceite de lutitas de Chicontepec, México). Los costos ocultos del “fracking” salen a la luz, y los derrames de contaminantes y víctimas se acumulan. Es una experiencia y un trauma de enorme dimensión, que es necesario que la población latinoamericana analice y evite. Pretender invisibilizar los efectos del “frackin” sobre la salud, el medio ambiente local y global, y la contaminación de recursos vitales como las aguas profundas y superficiales es como querer tapar el sol con un dedo. La movilización ciudadana en EUA no se hizo esperar. Tampoco la “respuesta” del “big oil” (ver adelante). 

Yacimientos de gas shale en Estados Unidos
El desplome del shale
Junto a la protesta por las “externalidades” de la explotación shale, aparecieron trabajos de investigación que revelaban una sistemática desinformación bajo aliento del cabildo fósil, a base de sobreestimar las reservas registradas por parte las empresas y la inclusión de premisas en los modelos usados para determinar las curvas de declinación, con mesetas de decenios de años luego de un primer descenso, que contrastan con los registros de producción con curvas de descenso exponencial. En medio de la inducción de escenarios económicos optimistas, decenas de articulistas del ramo manifestaban un entusiasmo que en correos internos de las empresas y de la misma  Administración de Información de Energía del Departamento de Energía (EIA-DE, por sus siglas en inglés) calificaban en privado como “exuberante”, con la sospecha de su intención para alentar más inversión personal e institucional -fondos de pensión, etc-. Seguía la celebración del “shale” cuando el “boom” había acabado, cuando el festín terminaba: ya la orquesta y las parejas habían empezado el abandono parcial del salón de fiestas. La prensa, del New York Times al Bloomberg, empezaban a revisar con más detenimiento y seriedad la retórica, los tabúes y los mitos de las grandes gaseras/petroleras y sus cabildos sobre la explotación “shale”.
A fines de 2011 Crook, impertérrito ante el desplome del precio del gas natural en EUA, que llegó a su máximo histórico en 2005 y empezó una curva de descenso empeorada por el desastre recesivo de 2008. Ajeno ante crecientes manifestaciones de escepticismo sobre la solidez geológico/económica y los costos a salud y medio ambiente de la “fractura hidráulica”, celebraba y alentaba desde el FT la inversión en “no-convencionales”. Meses antes el New York Times ya había publicado trabajos de investigación con testimonios y registros internos de la industria del gas y del petróleo, y de instancias oficiales, sobre los manejos opacos e incertidumbres en el negocio “gas shale”,[28] mientras la comunidad científica y académica acumulaba estudios y evidencia de las graves consecuencias a la salud y alto costo de las “externalidades” del fracking.[29]
En años recientes el “big oil” al igual que las firmas de servicios petroleros -Halliburton (HA), Baker & Hughes, Schlumberger (SLB) y Weatherford-, han hecho cuantiosas inversiones en tierras, adquisiciones de empresas vinculadas a la explotación de gas y petróleo “shale” en EUA y formalizado enormes contratos para la compra de equipos. Las pérdidas son considerables. HA y SLB, grandes consumidores de equipos y herramientas, y proveedores de servicios para la fractura hidráulica, registraron pérdidas por mil millones de dólares (mmd) en el cuarto semestre de 2012, al hundirse las ganancias de la perforación fracking, según informó David Wethe de Bloomberg  y la firma PacWest de Houston, que calculó una caída en los precios del fracking del 14% en 2012 y del 8% en 2013. En materia de equipo HA formalizó pedidos por $10 mil millones de dólares, excediendo 30% la demanda. Hizo pedidos por 15.6 millones de caballos de fuerza (HP) y la demanda fue de 12 millones.[30] De aquí que aumente más el interés en la apertura y concesiones que se les ofrece en México, Argentina y ¿Uruguay?. No sólo están interesadas, sino que les urge porque hicieron una apuesta riesgosa. Todo “boom” (auge) tiene su “bust (caída) y el shale no es la excepción. Es una situación en que firmas tipo Exxon-Móbil recurren a la persuasión de sus cabildos, para agilizar la toma de decisiones a su favor. 
El colapso del precio del gas, que hasta principios de Enero 2013 había caído 85 por ciento de la cima del 2005, afecta a firmas con capacidad suficiente para enfrentar los costos de la apuesta, como ExxonMóbil o BHP Billiton, pero decenas de firmas pequeñas y medianas tendrían enorme dificultad en evadir la ruina.[31]Rex Tillerson, el gerente de Exxon-Móbil (XOM) describió este predicamento al Foreign Relations Council, el “cabildo de cabildos” del alto capital en EUA. Lo hizo de manera gráfica: “hoy todos estamos perdiendo hasta la camisa. No ganamos dinero. Las cuentas están en rojo”.[32] El reconocimiento de los pésimos resultados de las cuantiosas inversiones hechas en la explotación del gas shale, fue un balde de agua para la exuberante retórica a favor de los fósiles “no-convencionales” de las grandes firmas encabezadas por XOM, principal productora de gas natural de EUA tras comprar la gasera XTO en 2010.[33] Tillerson mencionó la “seguridad energética” de EUA y mostró “esperanza” por una “reforma” (léase desnacionalización energética) en México. Poco después y en línea con XOM, los diputados del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el poder en México, con Enrique Peña Nieto en funciones de presidente, avisaron durante la campaña electoral que se les instruyó “dar prioridad a la privatización del gas shale”, una encomienda que ya es parte de la Estrategia Nacional de Energía presentada por el Ejecutivo al Senado mexicano.[34]
El desplome del precio del gas natural (en el mercado de futuros se  estimaba que en abril, 2013, se colocaría en US$3.46 mmbtu -millón de unidades térmicas británicas-) motivó los dichos de Tillerson, a los que se agregan devastadores hallazgos técnicos derivados del escrutinio de registros de la producción diaria de pozos localizados en las formaciones geológicas[35] (llamadas “plays” o cuencas) con mayor historial. Además el New York Times publicó reveladores documentos, correos y opiniones de altos cargos y técnicos del sector público y privado que refuerzan esos estudios, ya que también cuestionan las bases geológicas y económicas esgrimidas por el “big oil” para alentar la euforia y especulación del negocio “shale”.
Pero el desplome del gas no amainó el interés en los “no-convencionales”. Ahora el énfasis es en el “tight oil” (petróleo y gas húmedo no convencional”) planteándose que en 10 años, o máximo 20, EUA será una potencia petrolera más que autosuficiente, con capacidad exportadora. Es que el entusiasmo y desenfreno son crónicos en el mundo de la especulación, sea con “tecnológicos”, hipotecas tóxicas “securitizadas” o con las “commodities”. A eso juegan las Goldman Sachs, Citigroup, Barclays o Morgan Stanley en la “economía casino” de este mundo. No es novedad.
Los trucos del negocio “shale”
Iguales o incluso mayores elogios al “gas shale” emiten los altos cargos públicos de EUA donde la desinformación juega un papel central. Muchos de los desfiguros de las empresas han sido avalados por contratistas de la IEA-DE con vínculos con el “big oil”. En el caso del sector público de EUA, el “shale” se presenta como ingrediente básico  al ser agregado al arsenal de la retórica, de la geopolítica (en especial la relacionada con los vastos recursos naturales existentes en América Latina) y en general, al de la “seguridad nacional” tanto ante escenarios bélicos como civiles. Se usa la exageración deliberada de la retórica empresarial sobre el “gas shale” para efectos político-electorales cortoplacistas ante problemas graves como el desempleo crónico y de largo plazo. En el discurso de senadores, diputados, secretarios y ex-secretarios de Estado, demócratas y republicanos”, el “shale” encarna “la promesa de un renacimiento industrial”. Esa es una “percepción” compartida por la Casa Blanca y en especial por el Departamento de Defensa (DoD), principal consumidor de combustibles fósiles de EUA y del mundo, según informa el Defense Energy Support Center (DESC).[36] Se indica que, por ejemplo, en 2004 el consumo militar de petróleo (gasolinas, turbosina, aceites) fue de 144 millones de barriles, es decir, 395 mil barriles diarios (40 millones más que el promedio en tiempos de paz). El involucramiento de empresas como Kellog Brown and Root, ex-subsidiaria de Halliburton, en contratos para el abastecimiento de combustibles durante la petroguerra desatada por Washington contra Irak so pretexto del 11/09/2001, mostró al público el tipo de abusos con los recursos públicos que caracterizan a estas relaciones clientelares.[37] El vínculo histórico entre la industria del gas y del petróleo con el expansivo aparato militar de EUA amerita especial atención dados los llamados de  voceros de las firmas dedicadas a la explotación de fósiles no-convencionales para el uso de programas militares, ante la creciente ola “anti-frack” que se ha observado en EUA en los últimos ocho años, como respuestas comunales, municipales y estatales, ante los destrozos ocasionados por la fractura hidráulica (ver adelante).El colapso del precio del gas, que hasta principios de Enero 2013 había caído 85 por ciento de la cima del 2005, afecta a firmas con capacidad suficiente para enfrentar los costos de la apuesta, como ExxonMóbil o BHP Billiton, pero decenas de firmas pequeñas y medianas tendrían enorme dificultad en evadir la ruina.[31]Rex Tillerson, el gerente de Exxon-Móbil (XOM) describió este predicamento al Foreign Relations Council, el “cabildo de cabildos” del alto capital en EUA. Lo hizo de manera gráfica: “hoy todos estamos perdiendo hasta la camisa. No ganamos dinero. Las cuentas están en rojo”.[32] El reconocimiento de los pésimos resultados de las cuantiosas inversiones hechas en la explotación del gas shale, fue un balde de agua para la exuberante retórica a favor de los fósiles “no-convencionales” de las grandes firmas encabezadas por XOM, principal productora de gas natural de EUA tras comprar la gasera XTO en 2010.[33] Tillerson mencionó la “seguridad energética” de EUA y mostró “esperanza” por una “reforma” (léase desnacionalización energética) en México. Poco después y en línea con XOM, los diputados del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el poder en México, con Enrique Peña Nieto en funciones de presidente, avisaron durante la campaña electoral que se les instruyó “dar prioridad a la privatización del gas shale”, una encomienda que ya es parte de la Estrategia Nacional de Energía presentada por el Ejecutivo al Senado mexicano.[34]
El desplome del precio del gas natural (en el mercado de futuros se  estimaba que en abril, 2013, se colocaría en US$3.46 mmbtu -millón de unidades térmicas británicas-) motivó los dichos de Tillerson, a los que se agregan devastadores hallazgos técnicos derivados del escrutinio de registros de la producción diaria de pozos localizados en las formaciones geológicas[35] (llamadas “plays” o cuencas) con mayor historial. Además el New York Times publicó reveladores documentos, correos y opiniones de altos cargos y técnicos del sector público y privado que refuerzan esos estudios, ya que también cuestionan las bases geológicas y económicas esgrimidas por el “big oil” para alentar la euforia y especulación del negocio “shale”.
Pero el desplome del gas no amainó el interés en los “no-convencionales”. Ahora el énfasis es en el “tight oil” (petróleo y gas húmedo no convencional”) planteándose que en 10 años, o máximo 20, EUA será una potencia petrolera más que autosuficiente, con capacidad exportadora. Es que el entusiasmo y desenfreno son crónicos en el mundo de la especulación, sea con “tecnológicos”, hipotecas tóxicas “securitizadas” o con las “commodities”. A eso juegan las Goldman Sachs, Citigroup, Barclays o Morgan Stanley en la “economía casino” de este mundo. No es novedad.
Los trucos del negocio “shale”
Iguales o incluso mayores elogios al “gas shale” emiten los altos cargos públicos de EUA donde la desinformación juega un papel central. Muchos de los desfiguros de las empresas han sido avalados por contratistas de la IEA-DE con vínculos con el “big oil”. En el caso del sector público de EUA, el “shale” se presenta como ingrediente básico  al ser agregado al arsenal de la retórica, de la geopolítica (en especial la relacionada con los vastos recursos naturales existentes en América Latina) y en general, al de la “seguridad nacional” tanto ante escenarios bélicos como civiles. Se usa la exageración deliberada de la retórica empresarial sobre el “gas shale” para efectos político-electorales cortoplacistas ante problemas graves como el desempleo crónico y de largo plazo. En el discurso de senadores, diputados, secretarios y ex-secretarios de Estado, demócratas y republicanos”, el “shale” encarna “la promesa de un renacimiento industrial”. Esa es una “percepción” compartida por la Casa Blanca y en especial por el Departamento de Defensa (DoD), principal consumidor de combustibles fósiles de EUA y del mundo, según informa el Defense Energy Support Center (DESC).[36] Se indica que, por ejemplo, en 2004 el consumo militar de petróleo (gasolinas, turbosina, aceites) fue de 144 millones de barriles, es decir, 395 mil barriles diarios (40 millones más que el promedio en tiempos de paz). El involucramiento de empresas como Kellog Brown and Root, ex-subsidiaria de Halliburton, en contratos para el abastecimiento de combustibles durante la petroguerra desatada por Washington contra Irak so pretexto del 11/09/2001, mostró al público el tipo de abusos con los recursos públicos que caracterizan a estas relaciones clientelares.[37] El vínculo histórico entre la industria del gas y del petróleo con el expansivo aparato militar de EUA amerita especial atención dados los llamados de  voceros de las firmas dedicadas a la explotación de fósiles no-convencionales para el uso de programas militares, ante la creciente ola “anti-frack” que se ha observado en EUA en los últimos ocho años, como respuestas comunales, municipales y estatales, ante los destrozos ocasionados por la fractura hidráulica (ver adelante).
La oficina encargada del abastecimiento de combustible para el Departamento de Defensa -Dod-, plantea que “como el consumo de petróleo representa la más alta prioridad de todos sus usos, por muchos y muchos años no existirán límites fundamentales al suministro de combustible para el DoD”.[38]  En esta esfera, donde los aportes del cabildo fósil son cruciales para las campañas de diputados, senadores o aspirantes a la Casa Blanca, la retórica del “shale” adquiere un paroxismo sorprendente. En efecto, la promoción del fracking se acompaña con Bancos/firmas de inversión “too big to fail”, entre ellos Citigroup (dueño de Banamex en México y uno de los principales tenedores de grandes bloques accionarios de XOM) junto a Barclays, el Fondo de Jubilados Universitarios, entre otros. Además de los miles de cabilderos que a diario visitan las oficinas del Congreso, están presentes “institutos de investigación” (think tanks) a la par de los grandes cabildos de la industria y entes como la Kennedy School en Harvard, el poderoso American Petroleum Institute (API) y el American Legislative Exchange Council (ALEC) que alienta la interrelación/fusión de políticos y grandes corporaciones petroleras, siempre generosas en lo referido a financiar campañas electorales de senadores y diputados.
En el Washington oficial el “shale”, además de ser la ruta para la “independencia energética” lo es para la “seguridad militar”, y por obra y gracia de los cabilderos es también la panacea ecológica ante el calentamiento global. El shale gas se presenta como energía “limpia”. Obama repite el mantra que dice que es “un enlace”, hacia “fuentes energéticas renovables”. En el informe al Congreso del 25 de enero 2012 aseguró, categórico, que la tecnología (fracking) “nos proporciona 100 años de suministro de gas natural”.[39]
Eso dijo el presidente al abrazar la “revolución del gas” ante el público y el Congreso. Es probable que sus asesores se abstuvieron de advertirlo sobre lo fallido del planteo en lo científico (calentamiento global), geológico y económico, lo cual llama la atención porque cinco meses antes del Informe a la Nación de enero 2012 geólogos y analistas del mercado mostraban que a pesar del sorprendente aumento en la producción diaria de gas (que pasó de menos de 1 mil millones de pies cúbicos -mmpc- en 2003 cuando se empezó a utilizar el fracking,  a 20mmdpc en 2008, cuando el “boom” estaba en la cima) “todavía no está claro que estas formaciones geológicas tengan valor comercial a los precios actuales, por los altos costos de capital requeridos para la adquisición de tierras y realizar el ciclo completo de perforaciones; y porque las reservas y los factores económicos cruciales dependen de cálculos sobre niveles de recuperación última en modelos que asumen (y predicen) que las tasas de declinación se mantendrán en niveles comercialmente adecuados lo que contrasta con la dura realidad que emana del estudio sistemático, por primera vez, los registros de producción diaria de miles de pozos. Los especialistas llamaban a una cautela desatendida por quienes escuchan con más atención -o interés- a los empresarios y sus cabilderos, propagandistas y geólogos del negocio shale, algunos de ellos bajo contrato con la AIE del Departamento de Energía, cuya información y mapas son utilizados al Sur del Bravo.
Pero estudios independientes de las cuencas shale, por ejemplo de los analistas Arthur Berman y Lynn Pittinger indican que “debido a que la historia de producción de estas formaciones es de pocos años, este modelo no ha mostrado ser correcto y puede ser demasiado optimista”.[40] El análisis detallado de los perfiles de declinación, tanto de pozos individuales como de grupos de “fracks” localizados en tres de las principales formaciones geológicas: Barnett, Fayetteville y Haynessville, que “cuentan con el mayor historial de producción disponible en EUA y por tanto ofrecen más confianza en la determinación de las tendencias reales, que otras formaciones más recientes”, indican “que la industria infló las reservas al menos al 100 por ciento”.[41]
Los autores reconocen que toda formación geológica es única, pero plantean que hasta que no se disponga de registros con historiales más amplios, la cautela aconseja asumir que las formaciones con registros de producción más recientes seguirán una pauta similar a las que cuentan con más antecedentes en los registros de producción. Lo que lleva a Berman y Pittinger a plantear que ya se cuenta con información “más que suficiente” de las formaciones Barnett y Fayeteville para afirmar que la metodología usada hasta ahora “sobreestima considerablemente las reservas recuperables”.[42]
Del escrutinio que hicieron de los registros de producción de la formación Haynesville resultó que la producción efectiva no alcanza los niveles tan proclamados por las empresas y celebrados por sus secuaces en los medios. “En efecto”, concluyen, “es difícil entender cómo las compañías justifican el despliegue de 125 estructuras de perforación, en una formación geológica que no ha demostrado hasta ahora viabilidad comercial según las proyecciones presentes, hasta que los precios del gas excedan los US$8.68 por mmbtu”.[43]
En documentos, entrevistas y emails recabados por Ian Urbina del New York Times[44] se muestra que lo que más interesa y atrae a los inversionistas es el ingreso de más reservas a sus activos. En este sentido, va el interés del “big oil” en Neuquen, Argentina y en concesiones uruguayas. También el interés de Rex Tillerson de Exxon, en el gas y aceite shale de México y su anuncio ante el Council on Foreign Relations de que, pérdidas aparte, XOM seguirá perforando. Es por las exigencias legales: para incorporar reservas a los activos de cualquier empresa que cotice en bolsa, los pozos deben estar activos mostrando viabilidad comercial. El asunto no ha dejado de llamar la atención de la cúpula administradora y técnica de las empresas, que a lo largo del “boom” y luego “bust” del gas shale, evidenciaron su escepticismo sobre las exageradas expectativas de las gaseras advirtiendo que de manera “intencional y aún criminal, (las empresas) inflan la productividad de sus pozos y las dimensiones de sus reservas”.[45]
Como los diseños “shale” al sur del Bravo usan mapas y cálculos de la AIE del Departamento de Energía, hechos por contratistas vinculados al “big oil”, vale recordar[46] que abundan documentos y correos de altos cargos y técnicos de AIE “escépticos sobre la industria shale”. Les huele a Enron y a fraude Ponzi, por decir lo menos. Pero el asunto va más allá en profundidad y efectos, que las manipulaciones de “tecnológicos” o de “tóxicos inmobilidarios securitizados”. Se afecta de manera directa y profunda a los fundamentos mismos de la vida  y salud humana y animal, del medio ambiente global. Se juega con los límites atmosféricos y pasa al punto de no-regreso en el calentamiento global.
Como se indicó, la fracturación hidráulica es una técnica devastadora en la que, en cada pozo, han de vertirse decenas de millones de litros de agua y enorme variedad de de sustancias y químicos tóxicos. No extraña el aumento registrado de resistencias al “fracking”.
Pero simultáneamente en documentos internos, correos electrónicos y entrevistas anónimas, altos ejecutivos de firmas de energía, abogados corporativos, geólogos de la industria y del sector público y analistas de mercado que han solicitado el anonimaton, han advertido de La intencionada exageración para plasmar en la opinión pública una imagen positiva del “fracking”. Difícil de olvidar, campaña que se da en medio de un vacío informativo no sólo sobre las características, exigencias hídricas e impactos sobre los acuíferos y ríos, la salud y el medio ambiente sino también, de lo que en criterio de quienes están vinculados a esta industria es una clara e ilegal desinformación al público, dentro y fuera de EUA, emanada de las altas esferas de la finanza y la especulación.
El interés en los fósiles “no-convencionales” se extiende por las Américas, de la Cuenca de Burgos en el noroeste de México, a Vaca Muerta, en Neuquén, Argentina. En el mundo, EUA y al sur del Bravo, la promoción del negocio con fósiles genera inmensas ganancias que se perciben en los informes anuales de los grandes monopolios. En paralelo, se desarrolla una extensa e intensa socialización de los costos, por la naturaleza inherente al “fracking” y al manejo oficial en que se utilizan los instrumentos de influencia disponibles (del cabildo fósil fluye dinero a raudales), económico-financieros, propagandísticos y de seguridad en un contexto de guerra de clase, en centro y periferia, y de acentuada explotación imperialista.


NOTAS
El autor agradece la invitación del Centro Internacional de Información Estratégica y Prospectiva (CIIEP) para presentar este trabajo en el Seminario Internacional “Nuestra América y Estados Unidos: Desafíos del siglo XXI”, organizado por el Instituto de Estudios de América (ASINS), Instituto de Ciencias Internacionales de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Central de Ecuador y la Casa América Latina (HOLA).  Quito, República del Ecuador, el 30 y 31 de enero del año 2013.
[2] Los combustibles fósiles “convencionales” son los yacimientos y estratos de alta calidad, fácil acceso y bajo precio. “El gas natural normalmente está atrapado en bolsas de roca porosa  (como una esponja) a mucha presión, las cuales basta perforar hasta llegar a la bolsa, cuando la bolsa se pincha el gas fluye hacia arriba por la diferencia de presión. Este gas… es relativamente fácil de extraer, basta con perforar hasta la profundidad de la bolsa, que suele estar a unos pocos cientos de metros bajo tierra. Es el gas conocido como convencional” Los “no-convencionales” se refiere a los de menos calidad, mayor dificultad requiriendo mayor inversión en dinero, energía y otros procedimientos. Por ejemplo, los depósitos en aguas profundas, bajo el hielo o el petróleo que se deriva del tratamiento de “arenas bituminosas” (en Alberta, Canadá), el gas de lutitas o el petróleo shale (tight oil).  “Los gases no convencionales, se caracterizan por estar en rocas de baja porosidad y baja permeabilidad, lo que hace que estén en mucha menos concentración y se hagan más difícil de extraer. Estos gases no convencionales los hay de varios tipos. El gas de pizarra o gas de esquistos (shale gas en inglés)… se encuentra atrapado en estratos o capas de pizarra a mucha profundidad (desde los 400 a los 5000 metros). Dado que la pizarra tiene una permeabilidad muy baja, el gas está distribuido en pequeños poros o burbujas, muchas veces microscópicas, no conectadas entre sí, lo que hace necesario romper las capas de pizarra para conseguir reunir el gas y que fluya hacia la superficie para ser recogido.” Algo similar ocurre con el petróleo o aceite “no convencional” conocido como “shale” y “tight oil”, cuya explotación también se distribuye en pequeños poros o burbujas distribuidas en áreas amplias. Su explotación requiere menos presión que la del gas seco. Fuente: http://fracturahidraulicano.info/gas-fracking.html
[3] Ed Crooks, “US shale gas bonanza: New wells to draw on”, Financial Times, Oct 5, 2011 (FT.com).
[4] “La fractura hidráulica consiste en hacer una perforación vertical hasta la capa de pizarra. A esta perforación se le pone un tubo de acero, con un recubrimiento de cemento para proteger los acuíferos de los aditivos químicos que posteriormente se añaden. Una vez se llega a la pizarra se vuelve la perforación horizontal, a través de la capa de pizarra. Esta perforación horizontal tiene una media de un kilómetro y medio de longitud, aunque puede llegar hasta los 3 kms. Una vez en la capa de pizarra se utilizan explosivos para provocar pequeñas fracturas. Realizadas estas fracturas se inyectan, por etapas, miles de toneladas de agua a muy alta presión, mezclados con arena y aditivos químicos. Esta  agua a presión fractura la roca liberando el gas que luego, junto con el agua, el arena y los aditivos retorna a la superficie (retorna entre un 15 y un 80% del fluido altamente tóxico inyectado). El pozo se va fracturando entre 8 y 12 etapas, con lo cual el conducto sufre unos cambios de presión muy grandes con el consiguiente peligro de quiebra del revestimiento de cemento. Entre los aditivos químicos utilizados se encuentran benzenos, xilenos, cianuros, hasta llegar a unas 519 sustancias químicas entre las que se encuentran elementos cancerígenos y mutagénicos  (ver adelante). El fluido de retorno también trae a la superficie otras sustancias que pueden contener estas capas de pizarra. Es muy común que estas rocas contengan metales pesados (mercurio, plomo…), así como radón, radio o uranio, ambos elementos radiactivos que llegan a la superficie cuando previamente no estaban allí.” Fracturaciónhidráulicano op cit.
[5]  Ibid.
[6] John Saxe Fernández Dependencia Estratégica: una aproximación histórico-conceptual UNAM 2009:
[7] Kenneth S. Deffeyes, Hubbert´s Peak: The Impending Oil Shortage, Princeton, Princeton University Press, 2001.
[8] Citado en John Saxe-Fernández, “América Latina ¿Reserva Estratégica de EUA? 06/06/09 disponible enhttp://www.pvp.org.uy/?p=699
[9]  M. K. Hubbert, “Nuclear Energy and the Fossil Fuels”, American Petroleum Institute Drilling and Production Practice, Proceedings of Spring Meeting, San Antonio Texas, 1956, pp7-25- Ver Deffeues op cit pp 1-13.
[10] C. B. Hatfield, “Oil Back on the Global Agenda”, Nature 387:121, 1997 ; R. A. Kerr, “The Next Oil Crisis Looms Large -and perhaps Close-” Science 281:1128-31 1998.
[11] C.A. Campbell y J.H. Laherre “The End of Cheap Oil”, Scientific American, March 1998 pp 78-83. Reflexiónese:http://dieoff.org/page140.htm
[12] Matthew Simmons Twilight in the Desert: The Coming Saudi Oil Shock and the World Economy New York, John Wiley & Sons, 2005.
[13] Simmons, op. Cit. p 27.
[14] La cesta venezolana cubre desde el Anaco Wax API:40.5  0.24  al Boscan API: 10.1   5.50.
[16] Gregg Muttit en Fuel and Fire, Londres, Bodley Head, 2011, discute más de mil minutas de las reuniones secretas entre el gabinete de Tony Blair, British Petroleum, Shell y British Gas. Se trata de más de mil documentos obtenidos por medio de la ley de libertad de información en los que es explícito el papel central del petróleo en la brutal guerra de agresión y posterior genocidio desatado contra el pueblo iraquí en marzo de 2003.
[18] Wilkerson, entrevista, Ibid.
[19]Horacio Verbitsky, “ Los Nuevos Desafíos”  Página 12, 8/X/2012:http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-205135-2012-10-08.html
[20] Ver John Saxe-Fernández, Petróleo y Estrategia, México, Siglo XXI, 1980; Arturo Guillén “La Declinación de la Hegemonía estadounidense” en Mito y Realidad de la Globalización Neoliberal, México, Porrúa/UAM, 2007 pp 145-172.
[21] Este tipo de figuras retóricas, exageradas, intentan plasmar en el auditorio una idea o imagen difícil de olvidar.
[22] Ed Crooks, “US shale gas bonanza: New wells to draw on”, Financial Times, Oct 5, 2011 (FT.com).
[23] Ed Crooks op. cit. pág.2.
[24] Entre otros recursos extraídos del gas natural está, por ejemplo el etileno, fundamento de la industria de los plásticos. En los medios de EUA no se dedican espacios para que el público visibilice lo que ocurre en regiones clave, como Dakota del Norte donde, igual que en el resto de la Unión, se cierran pozos y se abandonan a cielo abierto enormes estanques repletos de toneladas de muy peligrosas “mezclas frack”. No se cierran todos los pozos. En Dakota del Norte las empresas enfatizan la explotación del “tight oil” y el gas húmedo. Los precios del aceite “shale” son altos.
[25] Para una versión “light” del Shale, acoplada a la geopolítica de la “América del Norte”, ver Olga Pellicer, “La Perspectiva Energética”, Proceso, 10/III/2013 p 42-43. Pellicer celebra el “shale”  y su “innovadora tecnología”. Exxon-Móbil también celebra esa tecnología sin mencionar la palabra “fracking” o la “fractura hidráulica”. Exxon lo hace en un flamante anuncio en p. 21 de la misma revista en el que la empresa, que encabeza la producción de gas shale en EUA profetiza un futuro repleto de combustibles fósiles sin mencionar el clima global extremoso que ayudará a desatar. Dice Exxon-Móbil que “El futuro energético mundial depende de las inversiones del día de hoy”. “Se espera que la demanda energética mundial crezca alrededor del 35% entre los años 2010 y 2040. Por ello, es crucial invertir hoy para desarrollar nuevos recursos energéticos”…”Exxon-Móbil enfrentando el gran desafío energético mundial”.
[26] Análisis documentales de alto valor han sido ofrecidos, entre otros periodistas de investigación por Ian Urbina. Entre otros consultar Ian Urbina y Jo Craven McGinty, “Learning Too Late of the Perils in Gas Well Leases”, New York Times, December 1, 2011.
[28] Ian Urbina, “Insiders Sound an Alarm Amid a Natural Gas Rush”, New York Times, June 25, 2011; Ian Urbina, “Behind Veneer, Doubt on Future of Natural Gas”, New York Times, June 26, 2011; Clifford Krauss and Eric Lipton “After the Boom in Natural Gas”, New York Times, October 20, 2012.
[29] Que se analizarán adelante.
[30] David Wethe, Bloomberg.com 5 de Octubre, 2012.
[31]Gregory Meyer and Guy Chazan, “US natural gas prices fall to decade low”, FT/updated January 19, 2012.
[32] Wall Street Journal (27/VI/12).
[33] Ibid.
[35] Llamadas “play” en la jerga petrolera de EUA. En español serían “cuencas”.
[37] Me he referido a este asunto en Terror e Imperio, México, Debate, 2006. Más detalles en
[39] Para la exaltación del “gas natural” en la transición energética planteada por Barack Obama, (quien no menciona que en EUA la disponibilidad de “gas natural” es precaria y en realidad usa ese término para referirse a lo que la industria conoce como gas “no-convencional” (shale, esquisto etc). consultar “Remarks by the President in State of the Union Address, United States Capitol. Washington, D.C. Enero 25, 2012”. Disponible  colocando cursor aquí: http://www.whitehouse.gov/photos-and-video/video/2012/01/25/2012-state-union-address-enhanced-version#transcript y moviendo la guía de tiempo al minuto 27 con.22 segundos. La transcripción es reveladora. Utiliza el término “natural gas” para referirse al “shale gas”. Pero en un apartado deja claro que conoce la diferencia y hable de que “en terrenos públicos el gobierno exigirá a las empresas identificar los componentes de las sustancias usadas para obtener el gas. Obama dijo: And nowhere is the promise of innovation greater than in American-made energy.  Over the last three years, we’ve opened millions of new acres for oil and gas exploration, and tonight, I’m directing my administration to open more than 75 percent of our potential offshore oil and gas resources.  (Applause.)  Right now — right now — American oil production is the highest that it’s been in eight years.  That’s right — eight years.  Not only that — last year, we relied less on foreign oil than in any of the past 16 years.  (Applause.) But with only 2 percent of the world’s oil reserves, oil isn’t enough.  This country needs an all-out, all-of-the-above strategy that develops every available source of American energy.  (Applause.)  A strategy that’s cleaner, cheaper, and full of new jobs.We have a supply of natural gas that can last America nearly 100 years.  (Applause.)  And my administration will take every possible action to safely develop this energy.  Experts believe this will support more than 600,000 jobs by the end of the decade.  And I’m requiring all companies that drill for gas on public lands to disclose the chemicals they use.  (Applause.)  Because America will develop this resource without putting the health and safety of our citizens at risk.The development of natural gas will create jobs and power trucks and factories that are cleaner and cheaper, proving that we don’t have to choose between our environment and our economy.  (Applause.)  And by the way, it was public research dollars, over the course of 30 years, that helped develop the technologies to extract all this natural gas out of shale rock –- reminding us that government support is critical in helping businesses get new energy ideas off the ground.  (Applause) Now, what’s true for natural gas is just as true for clean energy.  In three years, our partnership with the private sector has already positioned America to be the world’s leading manufacturer of high-tech batteries.  Because of federal investments, renewable energy use has nearly doubled, and thousands of Americans have jobs because of it. When Bryan Ritterby was laid off from his job making furniture, he said he worried that at 55, no one would give him a second chance. But he found work at Energetx, a wind turbine manufacturer in Michigan.  Before the recession, the factory only made luxury yachts. Today, it’s hiring workers like Bryan, who said, “I’m proud to be working in the industry of the future.”Our experience with shale gas, our experience with natural gas, shows us that the payoffs on these public investments don’t always come right away.  Some technologies don’t pan out; some companies fail.  But I will not walk away from the promise of clean energy.  I will not walk away from workers like Bryan.  (Applause.)  I will not cede the wind or solar or   I will not cede the wind or solar or battery industry to China or Germany because we refuse to make the same commitment here.  We’ve subsidized oil companies for a century.  That’s long enough.  (Applause.)  It’s time to end the taxpayer giveaways to an industry that rarely has been more profitable, and double-down on a clean energy industry that never has been more promising.  Pass clean energy tax credits.  Create these jobs.  (Applause.)  Battery industry to China or Germany because we refuse to make the same commitment here.  We’ve subsidized oil companies for a century.  That’s long enough.  (Applause.)  It’s time to end the taxpayer giveaways to an industry that rarely has been more profitable, and double-down on a clean energy industry that never has been more promising.  Pass clean energy tax credits.  Create these jobs.  (Applause.) We can also spur energy innovation with new incentives.  The differences in this chamber may be too deep right now to pass a comprehensive plan to fight climate change.  But there’s no reason why Congress shouldn’t at least set a clean energy standard that creates a market for innovation.
[40] Arthur E. Berman y Lynn F. Pittinger, “US Shale Gass: Less Abundance, Higher Cost” The Oil Drum, August 5, 2011 www.theoildrum.com/node/8212
[41] Berman y Pittinger, op cit p.1 El énfasis es mío.
[42] Ibid.
[43] Ibid,p.2 El viernes 1 de marzo, 2013 el precio de los futuros del gas natural (para abril 2013)  era de 3.456 por mmbtu: millón de unidades térmicas británicas).
[44] New York Times, 25/VI/2011).
[45] Ver Ian Urbina, NYT, 25/VI/2011.
[46] Ver Ian Urbina (New York Times 27/VI/11 Drilling Down Series).