jueves, 21 de marzo de 2013


Pemex: ¿Al rescate del big oil?
John Saxe-Fernández, La Jornada, Jueves 21 de Marzo de 2013.
E
n el foro Mitos y Realidades de Petrobrás realizado en el Senado la semana pasada, Fernando Siqueira, de la Asociación de Ingenieros de la petrolera brasileña, advirtió que a la menor rendija que se abra en la regulación petrolera se pierde rápido el control. Recordó cómo las grandes firmas del ramo (big oilse apoderaron del ciento por ciento del petróleo que explotaban; sólo pagaban 10 por ciento de impuestos y tampoco desarrollaron nuevas tecnologías, por lo que Lula tuvo que frenarlas (Andrea Becerril, La Jornada –LJ–, 16/3/13 p.9).
Javier Jiménez Espriú, del consejo consultivo del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), por su parte, alertósobre la decisión de Peña Nieto de profundizar la reforma de 2008, cuando con una trampa jurídica de interpretación (contratos incentivados)se abrió la participación privada en el sector. Asentó, además, que ahora se paga 75 por ciento de los costos del trabajo que realizan las empresas extranjeras y que se les entregan, 4, 5, 6 o 9 dólares por cada barril extraído.
Ante este pillaje fue que se reafirmó el endoso del aparato de seguridad de Estados Unidos a la consumación de la entrega de la renta petrolera, una agresión técnico-administrativa de cortequintacolumnista perpetrada en Pemex paso a paso bajo guía de consultoras estadunidenses. Con el Calderonato, que llenó de horror al país al adoptar el esquema de guerra irregular del Pentágono –bajo fachada de guerra alnarco– se colocó en grave riesgo a la población y a los grandes complejos económico-territoriales involucrados en el manejo diario de Pemex/CFE. La Iniciativa Mérida es manifestación concreta de la intención imperial de establecer jurisdicción interviniendo en el proceso de toma de decisiones en materia de seguridad, de paso financiando entrelazamientosclientelares con Estados Unidos en esa sensible área. El interés en acelerar el despojo de la renta petrolera se hizo patente durante una cumbre de negocios realizada en Toluca, en octubre 2010, cuando John D. Negroponte (JDN), embajador de Estados Unidos en México durante la negociación del TLCAN, quien luego encabezó al aparato de espionaje de Estados Unidos (LJ 13/I/2011 p. 31), dejó en claro la interrelación entre la política energética y la sucesión presidencial.
En Toluca JDN consideró oportuno revelar que en las negociaciones del TLCAN, Salinas “propuso incluir el sector energético, sin embargo después manifestó que no era tiempo –de hacerlo–” (El Financiero, 27/10/10 p. 20) queriendo sugerir que el ex mandatario negoció y no sólo cedió y también que luego de décadas de socavar Pemex, al mercado interno y al aparato productivo, ya habrían condiciones para un TLC plusenergético, algo equiparable al despojo de 1848.
En dicho foro Francisco Garaiocochea, presidente de la Asociación de Ingenieros Constitución 1917, dijo que la privatización de Pemex hará que se generen empleos en EU, no aquí, porque nos van a vender equipos, herramientas y el servicio, además de llevarse el petróleo. Apunta a un asunto nodal por la crónica desaceleración económica y el desplome del precio del gas shale en Estados Unidos.
Según analistas financieros, si el big oil logra que en los contratos incentivados les paguen con petróleo, técnicamente podrían agregar a sus activos el recurso del o los yacimientos en cuestión. Por su parte, Halliburton (HA) y Schlumberger (SLB), grandes proveedores de equipo y de servicios para la fractura hidráulica o fracking, registraron pérdidas por mil millones de dólares (mmd) en el cuarto semestre de 2012, al hundirse las ganancias de la perforación fracking, según informó David Wethe, de Bloomberg (5/10/12) y la firma PacWest, de Houston, calculó una caída en los precios del fracking de 14 por ciento en 2012 y de 8 por ciento en 2013. En materia de equipo HA formalizó pedidos por 10 mmd, excediendo 30 por ciento la demanda. Hizo pedidos por 15.6 millones de caballos de fuerza (HP) y la demanda fue de 12 millones. De aquí que aumente más el interés en la apertura que se les ofrece. Una situación en que firmas tipo Exxon-Móbil recurren a la persuación de sus cabildos para agilizar la toma de decisiones a su favor.
Nuestros altos cargos cabalgan al rescate del big oil ¿para incluir más millonarios en la lista Forbes, mientras el continuismo de la macroeconomía procíclica dictada durante 30 años por el FMI hunde al mercado interno y elajuste estructural del Banco Mundial agrede al trabajo? A lo que es necesario añadir el enorme costo de oportunidad, en generación de empleo y encadenamientos productivos gestado por la desleal veda durante cinco sexenios en la construcción de refinerías y el sistemático ataque contra la petroquímica estatal.
Desestabilizar más, entregando la renta petrolera y condenando a millones a las categorías de desempleo, subempleo, pobres patrimoniales y muertos de hambre, no es transformar sino demoler el país. Con big oildentro y la CIA y el Pentágono metidos hasta la cocina, será difícil lograr su regreso a casa.

jueves, 7 de marzo de 2013

Pemex: Patriótica cautela
John Saxe-Fernández, La Jornada, Jueves 7 de Marzo de 2013.
Hoy todos estamos perdiendo hasta la camisa. No ganamos dinero. Las cuentas, en rojo, dijo Rex Tillerson, gerente de Exxon-Mobil (XOM), al Council on Foreign Relations al reconocer los pésimos resultados de las cuantiosas inversiones hechas en la explotación de gas de esquisto (shale) (Wall Street Journal (27/VI/12). Aquello fue un balde de agua fría para la exuberante retórica por fósiles no-convencionales de las grandes firmas encabezadas por XOM, principal productora de gas natural de Estados Unidos, tras comprar la gasera XTO en 2010 (ibid). Tillerson mencionó la seguridad energética de Estados Unidos y mostró esperanza por una reforma (léase desnacionalización energética) en México. Poco después y en línea con XOM, los diputados del PRI avisaron que se les instruyó “dar prioridad a la privatización del gas shale”, hoy parte de la Estrategia Nacional de Energía (La Jornada, 1/III/13, p.18). El desplome del precio del gas natural (en abril se espera sea de 3.46 dólares por mmbtu –millón de unidades térmicas británicas–) motivó los dichos de Tillerson que se agregan a delicados hallazgos del escrutinio de registros de producción diaria de pozos localizados en las formaciones geológicas de esquisto (cuencas) con mayor historial. Además, el New York Times publicó reveladores documentos, correos y opiniones de altos cargos y técnicos del sector público y privado que cuestionan las bases geológicas y económicas esgrimidas para alentar la industria shale.
Los analistas Arthur E. Berman y Lynn F. Pittinger han demostrado que a pesar del gran aumento de la producción de gas de esquisto en Estados Unidos, todavía no está claro que (las cuencas estudiadas) tengan valor comercial a los precios actuales, por los altos costos de capital requeridos para la compra de tierras y para realizar el ciclo completo de perforaciones, y porque las reservas y factores económicos cruciales dependen de cálculos sobre la recuperación última de modelos que asumen (y predicen) que las curvas de declinación se mantendrán en niveles adecuados por décadas, lo cual contrasta con los registros de la producción diaria (US Shale Gas: Less Abundance, Higher Cost, The Oil Drum, August 5, 2011).
En efecto, la producción de gas de esquisto en Estados Unidos pasó de menos de mil millones de pies cúbicos (mmpc) en 2003, a 20 mmdpc en 2008, cuando la producción y uso de la devastadora fractura hidráulica estaban en la cima. Berman y Pittinger piden cautela debido a que la historia de producción de estas cuencas es de pocos años y a que el modelo usado no muestra ser correcto y puede ser demasiado optimista.
El análisis detallado de los perfiles de declinación de pozos individuales y en grupos en las cuencas Barnett, Fayetteville y Haynessvilee, que aportan el mayor historial de producción disponible en Estados Unidos, y ofrecen más confianza en la determinación de las tendencias reales que otras formaciones más recientes, indican (textual): que la industria infló las reservas al menos 100 por ciento.
Los autores reconocen que toda cuenca es única, pero hasta que no se disponga de registros con historiales más amplios, la cautela aconseja asumir que las cuencas con registros de producción más recientes seguirán una pauta similar a las que cuentan con más antecedentes en los registros de producción. Los registros de Barnett y Fayetevill ofrecen más que suficiente información para afirmar que la metodología usada hasta ahora sobreestima considerablemente las reservas recuperables.
De los registros de Haynesville resultó que la producción efectiva no alcanza los niveles proclamados por la industria. Para los autores, es difícil entender cómo las firmas justifican el despliegue de 125 estructuras de perforación (en Haynessville) que no demuestra hasta ahora viabilidad comercial según las proyecciones presentes, hasta que los precios del gas excedan los 8.68 dólares por mmbtu.
En documentos, entrevistas y emails recabados por Ian Urbina del New York Times (25/VI/2011) se muestra que lo que más interesa y atrae a los inversionistas es el aumento en las reservas. En este sentido va el interés de Tillerson en el gas y aceite de México y su anuncio de que (pérdidas aparte) XOM seguirá perforando en Estados Unidos. Es por las exigencias legales: para incorporar reservas a los activos de cualquier empresa que cotice en bolsa, los pozos deben estar activos y mostrar viabilidad comercial.
Como los diseños shale de Pemex ¿en alianza estratégica con XOM, Halliburton y Schlumberger? usan mapas y cálculos de la AIE, hechos por contratistas vinculados al “big oil”, vale recordar con Ian Urbina (New York Times 27/VI/11, Drilling Down Series) que abundan documentos y correos de altos cargos y técnicos de AIE “escépticos sobre la industria shale”.
Les huele a Enron y a fraude Ponzi, por decir lo menos. No así a nuestros patrióticos altos cargos en Palacio y San Lázaro.
Hugo Chávez, in memoriam