jueves, 30 de abril de 2015


Financiarización y militarización
John Saxe-Fernández, La Jornada, Jueves 30 de Abril de 2015.
E
l espectro de otro desplome financiero que haría palidecer al de 2008 recorre los pasillos del poder de Estados Unidos, una potencia de dominio policial/militar y de espionaje, que desde el 11/S se despoja rápido de legitimidad mientras nerviosas corredurías, de Wall Street a la City pasando por Francfort, calibran el colapso de los petroprecios: una avalancha sobre petroleras, firmas de servicio del ramo y de riesgosas especulaciones de bancos too big to failsobre una deuda tóxica emitida para financiar el negocio shale. Asoman ya 500 mil millones de dólares, la punta de un colosal témpano especulativo sólo imaginable por los de Citigroup et al, destrozadores de toda ley que les impida apostar sin límite en derivados pasando al público (depositantes, contribuyentes) los costos del estallido sobre un contexto polarizado de una serie de burbujas, cuya explosividad acumulada, de Irak, Libia y Ucrania a Iguala, Tlatlaya, Ferguson y Baltimore, ya cimbra al mundo.
Es desde palancas financieras y policial/militares relacionadas con el estancamiento, la provocación y el terror de Estado, y no de los instrumentos constitucionales o del derecho penal internacional, ni del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas que, con mayor frecuencia se expresa el poderío de Estados Unidos, bajo la noción post-11/S, de que el Comandante en Jefe (y pronto las grandes corporaciones en la esfera del Acuerdo Transpacífico ATP) procede sin autorización legislativa –o judicial– en cualquier campo de batalla, incluido el territorio de Estados Unidos. La guerra y el estado de excepción están ahí, en la Ley Patriota; la desactivación de la Ley Posse Commitatus de 1878 –que prohíbe el uso de los militares en territorio de Estados Unidos y en funciones de Ministerio Público–, y en el desdén de la cruzada antiterrorista a las Convenciones de Ginebra. La guerra de agresión contra Afganistán, la ilegalpetroguerra contra Irak, Libia, los operativos contra Irán, Venezuela, Siria, o instrumentos de terrorismo de Estado –Plan Colombia, Iniciativa Mérida en México–, y los operativos contra Rusia desplegados en Ucrania, se suman al recordatorio semanal de que vivimos en un estado de excepción global que tiene como eje a la Casa Blanca vía la matanza de sospechosos de terrorismousando drones.
Fue cuando hace poco se reportó sobre varios muertos no incluidos en esa mortal rutina cuando, como recién aflorado de un sicodrama asentado en profunda disonancia cognitiva (Leon Festinger, 1957), un sub-secretario de Estado de Estados Unidos en gira de trabajo por acá dijo que (d)espués de los casos Tlatlaya y Ayotzinapa, México se encuentra bajo fuerte escrutinio de la comunidad internacional; confió en que las elecciones del 7 de junio traigan de alguna manera efectos positivos para acabar con la tradición de impunidaden materia de violación a los derechos humanos, corrupción, desapariciones, secuestro y tortura, ofreciendo, como remate de la hipócrita inconsistencia (con el mundo observable) su endoso a continuar con la carnicería, la catástrofe humana a través de la hipermilitarizada y militarizante Iniciativa Mérida (IM): dijo que más allá del apoyo que su país brinda a México por conducto de la IM, existen otros programas que fueron puestos a disposición del gobierno de EPN para enfrentar estos problemas(La Jornada 25/4/15).
Cabe preguntar si en esos otros programas no especificados están matanzas de contrainsurgencia rural y urbana –disfrazada de antinarco–, para usar el equipo militar que, pese a lo generalizado de la impunidad y la tortura, las desapariciones forzadas y las ejecuciones extrajudiciales, recién autorizó el Departamento de Estado para su venta a un México rebosante de recortes fiscales, por mil 300 millones de dólares (mdd) y hoy líder entre 39 países de América Latina y el Caribe en compras militares: 3 mil 335 automotores todo terreno (Humvee) por 556 mdd; un lote de aviones de adiestramiento Beechcraft T-6C Texan II (480 mdd), además de 23 helicópteros Black Hawk(905 mdd).
¿Es el equipo para allanar el diálogo entre petroleras y mineras con indígenas, ejidos y campesinos? o será usado en operaciones de guerra urbana y en lasmegametrópolis contempladas por el Pentágono, entre otras figuran Río, Sao Paulo y el DF. En fechas recientes la CNN informó que las demostraciones en Ferguson, Missouri, y en otros lados provocadas por mortales y sistemáticos ataques policiales contra jóvenes afroamericanos, eran consideradasfuerzas enemigas, como en una guerra. Aquí el Comando Norte dice que en la guerra al crimen o al narco, el enemigo está entre los civiles Como en Ayotzinapa, Tlatlaya, Ferguson y Baltimore, ¿crímenes de Estado para aterrorizar a la población?
Estas son guerras, operativos y catástrofes que además de acompañar el precipitado declive de una potencia enestado de excepción (junto al colapso climático en curso) son síntomas de crisis terminal del capitalismo, como lo conocemos.

jueves, 16 de abril de 2015

Desnudando la Cumbre
John Saxe-Fernández, La Jornada a Jueves 16 de Abril de 2015.
L
a Cumbre de las Américas 2015 se realizó en Panamá, al lado del Canal confabulado por Wall Street y Teddy Roosevelt (“Y yo tomé el Canal y la Zona mientras el Congreso –de EU– debatía”) en lo que fue el primer asalto presidencial del siglo XX contra la legislatura, una crónica tendencia a la usurpación de funciones legislativas y judiciales por el Ejecutivo, conocida como presidencia imperial desde tiempos de Jefferson (1801-1809).
En Panamá Obama operó bajo tres lineamientos de una agenda presidencial de añejo monroísmo mezclado con la geopolítica bélico-industrial: 1) que el Ejército de Estados Unidos domine las Américas desde una Norteamérica ocupada por su Comando Norte/Iniciativa Mérida; 2) que no exista otra potencia o coalición con capacidad económico-militar que cuestione el dominio hemisférico de Estados Unidos (desestabilización de Brasil, Argentina, Venezuela) y, luego de dos guerras mundiales, 3) que, orientando sus energías hacia amenazas y guerras entre ellas, ninguna nación europea o asiática sea capaz de frenar el despliegue militar de Estados Unidos sobre océanos y recursos en Eurasia, en especial en Asia Central y el Cáucaso.
Ya desde la Guerra en Corea Estados Unidos se topó con límites a la manipulación de la balanza de poder euroasiática. Ahora con la recomposición de Rusia, el ascenso de China, el techo del petróleo convencional, el deterioro climático y la modernización de un letal arsenal nuclear, 90 por ciento bajo control de Estados Unidos y Rusia, los escenarios estratégicos son más riesgosos que durante la guerra fría. Esta cumbre debió invocar a la cordura estratégica basada en el consejo de Evo Morales a Obama para que cese “… de convertir el mundo en un campo de batalla” resaltando, además, la ausencia de una gestión colectiva ante el deterioro climático en curso.
Con el arreglo Cuba-Estados Unidos y la ordenanza contra el gobierno de Maduro en el bolsillo, para Estados Unidos la Cumbre fue enroque para asumir riesgos de guerra desestabilizando países colindantes con Rusia y China, mientras despliega operativos clandestinos contra esas potencias.
Esta agresividad se articula en medio de un polvorín nuclear, de un desplome hegemónico y de una “revolución shale” que, dice Obama y repiten Fortune, et al, garantiza 100 años de suministro de gas y petróleo, un aserto sin sustento geológico, de alto costo a la salud y atmósfera cuyo fardo financiero se transfiere vía emisión monetaria, a sus socios en Europa, Asia y a un mundo inquieto por la salud económica y el belicismo de Estados Unidos en Ucrania, dirigido contra Rusia. No extraña que, contra señales de la Casa Blanca, los socios se adhieran al Banco Asiático de Inversión (AIIB) liderado por China.
El contexto de la Cumbre centrado en el rechazo unánime de América Latina y el Caribe a participar en ella de no acabar la agresión a Cuba, mostró cambios en la ecuación de poder que vinculan el deterioro del liderato moral e intelectual de Estados Unidos al auge de gobiernos resultantes de resistencias y movimientos sociales contra la impunidad y corrupción gubernamental, así como por el rechazo al neoliberalismo y la explotación y apropiación oligárquica de lo público, base política y de clase de la proyección de poder de Estados Unidos en la región.
La visita de Maduro al barrio El Chorrillo fue un episodio de alta significación porque ilustró, entiéndalo bien el vocero de una reconocida ONG de derechos humanos quien en festín desinformativo en CNN casi olvidó identificar, quién bombardea a pueblos inermes (Panamá, Bagdad, Trípoli, Damasco, etcétera ad nauseam), quién tortura (Guantánamo, Abu Ghraib y prisiones secretas varias) y hoy ¿quién realiza ejecuciones extrajudiciales semanales con drones, usurpando el papel de legislador y juez? Como mínimo ese vocero debió exigir que Estados Unidos ratifique la Convención Americana de Derechos Humanos y repudiar la presencia en la Cumbre del responsable del asesinato del Che Guevara y de crímenes de lesa humanidad, todo un operativo de terrorismo de Estado que, concuerdo con Stella Calloni, ofende a la región.
Luego de la ordenanza contra Caracas, la indicación de Ernesto Samper, secretario de la Unasur, de que un buen punto en la agenda de relaciones entre Estados Unidos y América Latina sería que no haya bases militares norteamericanas(www.teleSURtv.net), concitó apoyos mayoritarios entre los presidentes y unánimes en la Cumbre de los Pueblos, Sindical y de los Movimientos Sociales, reunidos en la Universidad de Panamá (abril 9, 10 y 11).
Fue ahí, sin sordinas de OEA y CNN (Colonial News Network) que se rechazó el acoso militar, agresiones y amenazas de toda índole que despliega Estados Unidos y sus aliados estratégicos contra nuestra región a través de bases militares, sitios de operaciones e instalaciones similares, que sólo en los últimos cuatro años han pasado de 21 a 76 en nuestra América, 12 de ellas en Panamá y exigimos la derogación del Pacto de Neutralidad, que permite la intervención militar norteamericana a la República de Panamá.
Eduardo Galeano, in memoriam

jueves, 2 de abril de 2015

ATP: asalto secreto del 1%
John Saxe-Fernández, La Jornada a Jueves 2 de Abril de 2015.
U
na de las razones por las que deben saber que el Acuerdo TransPacífico (ATP) es importante es que traten de aprobarlo sin que nadie se enterelos que apoyan (al ATP) siempre dicen que van a crear empleo. Si fuera verdad, los sindicatos estarían a favor, pero la gente que lo impulsa es la de Wall Street. Así se expresó el economista Joseph Stiglitz, luego de hacer una reflexión crítica del ATP ante un auditorio neoyorkino: alertando a organizaciones comunitarias y sindicatos, agregó que Michael Froman, el representante comercial del gobierno de EU en esas negociaciones,viene de Citibank (dueño de Banamex) y no representa a los trabajadores ni al ciudadano común, sino a un grupo de interés especial, por lo que, dice Cynthia Phinney, del Sindicato de Electricistas de Maine, “es menester la revisión y discusión parlamentaria del ATP oponiéndose a la vía rápida (fast track) llamadaautorización para promover el comercio.
La vía rápida permite que Obama presente un texto al Congreso, cocinado en lo oscurito, en tiempo limitado de debate, sin modificar el articulado y con una votación en bloque, positiva o negativa. Como las negociaciones se realizan en secreto y México es parte de ellas, cabe resaltar la importancia (y a pesar de todo) exigir transparencia incluso a un gobierno tan opaco y entreguista como el del PRI: lo que están pactando con poderosas corporaciones extranjeras, a puertas bien cerradas, va mucho más allá de asuntos comerciales o de negocios. Hacen componendas con la vigencia de la Constitución, fundamento delestado de derecho en territorio nacional o lo que van dejando los neoliberales de leyes, regulaciones y directrices de corte nacional en materia laboral, ambiental, del consumidor y de arbitraje.
Documentos divulgados porWikileaks (http://goo.gl/1zg0Q5) desdeLa Jornada (26/3/15) ofrecen evidencia de que, como advierten analistas varios, el ATP es un TLCAN en esteroides: concede a inversionistas privilegios y derechos por encima de las leyes –y empresas– nacionales, asentando normas y tribunales supranacionales como el centro internacional establecido por el Banco Mundial para dirimir las disputas entre inversionistas extranjeros y los estados firmantes (Icsid, siglas en inglés). Todas las ventajas jurídicas van para las corporaciones de fuera, quedando a su merced, según demuestra Manuel Pérez Rocha L., en sustancioso artículo, toda regulación de interés público que pudiera reducir sus ganancias. El mecanismo no es equitativo: Los gobiernos o las comunidades afectados por inversionistas extranjeros no pueden presentar demandas. Igualmente problemática es la frecuente opacidad en las operaciones de estos tribunales(NYT, 3/12/14). Pérez Rocha recuerda que países, de Indonesia a Perú, enfrentan juicios de las trasnacionales y que México y Canadá ya han perdido o llegado a acuerdos en cinco oportunidades cada uno, pagando cientos de millones de dólares a empresas extranjeras, sin olvidar pérdidas semejantes en Centroamérica, ni los mil 770 millones cobrados a Ecuador por cancelar un contrato a Occidental Petroleum, o los mil 600 millones a favor de Exxon que Icsid ordenó a Venezuela pagar por nacionalizar proyectos petroleros. Y aún en el Icsid hay 200 casos pendientes(Ibídem).
Los pocos documentos del ATP que conocemos, analizados por Lorry Wallach de Public Citizen, muestran que mejor prestar atención a la advertencia de Stiglitz: el secretismo es mayúsculo porque la embestida del uno por ciento es de fondo y de magnitud mayor: van por todo. Phinney revela que sólo aquellos con autorización especial pueden ver los textos y luego de revisarlos, no pueden discutir lo leído. Aún más, “la mayoría, si no es que todos, los consejeros con acceso –a los documentos– son representantes de las corporaciones. Habrá uno que otro líder sindical. Pero ni siquiera pueden discutir lo que saben con miembros de su sindicato”. Peor aún “…sólo pueden ver los textos que (Froman) considere que son relevantes a su área de interés”. Para Billy Engel, electricista de Nueva York, “estos tratados van a barrer con nuestras leyes…muchos derechos laborales y sindicales serán totalmente borrados de inmediato”, una opinión que contrasta con la displicente postura de Paul Krugman, quien desatiende sin más el impacto del ATP en los derechos laborales (NYT, 26/3/15) aunque reconoce que el ATP no promete nada bueno para EU o el mundo.
Tal vez sea generoso asumir que esa preocupación por el mundo tiene que ver, además de los derechos del consumidor, con la campaña del cabildo fósil contra acuerdos vinculantes en materia de medio ambiente, en particular en relación con la urgente necesidad de limitar severa e inmediatamente emisiones de gases con efecto invernadero, base de las ganancias de las Exxon/Mobil de este mundo. Quizá en Krugman la palabraworld refleje preocupación por la humanidad ante un planeta en colapso climático antropogénico.